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Cultura

María Teresa juega a Nausícaa

  • La editorial Bercimuel recupera 'Menesteos, marinero de abril': la recreación fantástica del viaje iniciático del rey de Atenas que María Teresa León realizó a partir de un poema de Alberti

Entre las cientos de teorías que tratan de explicar aquel fenómeno extraño que fue Homero, las hay que afirman que la Odisea es obra de una mano femenina. Que quien la escribió no tenía la más mínima idea de navegación y que detalla en cambio, con especial cuidado, antiquísimas leyendas orales, ambientes domésticos y perfiles femeninos. Robert Graves llegó a sugerir, de hecho, que Homero fue una mujer parecida a Nausícaa: la princesa feacia que encuentra al Odiseo náufrago y que lo escucha relatar sus aventuras.

Es inevitable pensar en todo ello cuando leemos Menesteos, marinero de abril: el título casi desconocido de María Teresa León que la editorial Bercimuel acaba de publicar por primera vez en España. En él, León se inspira en parte de la Oda marítima de Rafael Alberti para recrear el viaje odiseíco de Menesteos, héroe de Troya y supuesto fundador de El Puerto de Santa María. En los textos, la autora recrea el periplo del mítico rey de Atenas en pos de Eneas, su llegada a Tartesos, el abandono de sus compañeros y su deambular por tierras gaditanas y onubenses, a la búsqueda del Hades.

Y lo hace, no sólo con un apabullante conocimiento de las leyendas y del simbolismo de los mitos clásicos, sino también reproduciendo, de forma depurada, el ritmo y la manera de narrar de los cantos homéricos -en un estilo y un espíritu no muy distinto del que desarrollaría más tarde Álvaro Cunqueiro en Las mocedades de Ulises-. Así, cuenta María Teresa León que había mujeres "que se acercaban a revolotear, con pasión de insecto", o que a todos los hombres place "ir sobre la mar, sobre la estela polvorienta de oro de sol", o que quienes habían partido sentían miedo de regresar y que "no esperase en casa ni mujer ni cántaro de vino ni ánfora de aceite" o que la calle de Menesteos, en Atenas, "era esponjosa de barro y en declive. Ancho el portal de su casa. La casa, grande". Recoge las prácticas de prostitución sagrada en el templo de Astarté y los antiquísimos ritos en las tierras del Rocío, y sobre todo el texto sobrevuela una sensualidad implícita y explícita - "Eres tú, solamente tú, quien cierra mis muslos satisfechos y abre mis palmas sobre tus hombros sudorosos"-.

"María Teresa León -comenta la directora de Bercimuel, María Siguero- muestra en este libro un conocimiento de los mitos antiguos asimilado muy bellamente. De hecho, yo no entiendo cómo es un título que no se ha recuperado antes, porque tal vez otros títulos pueden ser más ásperos, pero en Menesteos fantasea con poemas en prosa, con un lenguaje lírico, muy lleno de metáforas. De hecho, usa un lenguaje tan exuberante que parece una autora del sur, no de Burgos o de Logroño".

El primer contacto que tuvieron desde Bercimuel con los títulos de María Teresa León inéditos en España fue en una Feria del Libro de Madrid, hace unos años, "cuando alguien nos preguntó si teníamos los Cuentos castellanos -comenta Siguero-. La mayor parte de su producción fue re-editada en 2003, cuando se cumplieron cien años de su nacimiento, pero había alguno que quedó olvidado. De hecho, en la editorial Renacimiento nos confirmaron que, en efecto, existían dos o tres libros de María Teresa León que hacía tiempo que no se editaban, y nos mandaron las copias de ambos".

"En principio -continúa la editora-, nos interesaron los relatos de La bella del mal amor, que pensamos publicar en breve, porque además tenemos la experiencia de que los cuentos suelen venderse bien. Pero la prosa que Mª Teresa León desarrollaba en Menesteos, marinero de abril era tan hermosa que había que publicarla".

Un intento más, al menos, de que sus palabras eviten la tierra, esa manta mentirosa, "que no acaricia nunca".

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