El Puerto

Una forma diferente de aprender

  • El colegio público Cristóbal Colón es pionero en la ciudad en la enseñanza mediante grupos interactivos En el proyecto participan los profesores del centro y una veintena de voluntarios

El colegio público Cristóbal Colón trabaja desde hace ya tres años en un novedoso proyecto educativo que se enmarca dentro de la iniciativa denominada Comunidades de Aprendizaje. El objetivo de este proyecto, en el que el colegio se embarcará definitivamente a partir del próximo curso, es el de abrir el centro a la comunidad y conseguir que en el proceso educativo participen no solo profesores y alumnos, sino también las familias y el entorno.

Una de las ramas de estas Comunidades de Aprendizaje son los grupos interactivos, una original forma de enseñanza con la que el colegio lleva ya tres cursos trabajando y en la que participan alumnos de entre 1º y 6º de Primaria.

Mediante esta metodología, la clase se organiza en grupos de alumnos y cada uno de ellos está atendido por un adulto. Para ello es importante la participación de voluntarios. En estos momentos hay más de una veintena y forman parte de este grupo profesores jubilados, madres y padres de alumnos o estudiantes universitarios que quieren adquirir experiencia, aunque como explica el director del colegio, Manuel López , "tenemos las puertas abiertas para todo aquel que quiera colaborar con nosotros".

Mediante este sistema de grupos interactivos se trabajan tantas actividades como grupos hay y durante media hora cada uno de ellos va abordando, con la supervisión de un adulto, una materia diferente, no mediante la típica clase magistral sino resolviendo los ejercicios o los planteamientos mediante el debate. Así, el alumno que no sabe termina aprendiendo y el que sabe afianza sus conocimientos. Uno de los aspectos más importantes de este método de trabajo, que se aplica en cada clase dos veces por semana, es que se aprende a resolver conflictos mediante el debate y así se evitan los problemas de convivencia. "Se enseñan unos a otros", explica Isabel Salinas, una de las tutoras de sexto curso, para quien es una pena que los niños no vayan a continuar utilizando este sistema de trabajo una vez que pasen a Secundaria.

María José Gutiérrez, tutora de un 3º curso y coordinadora del proyecto, incide también en las ventajas de este sistema de trabajo mediante el cual los alumnos aprenden a expresarse en público sin temor y discuten la mejor manera de abordar un ejercicio.

El colegio Cristóbal Colón, que durante muchos ha sido víctima de una injustificada mala fama, se convierte así en pionero en la ciudad de una metodología de trabajo que ya se viene aplicando con éxito en otras ciudades, y que está especialmente desarrollada en colegios de Cataluña y el País Vasco.

En estos momentos el centro atiende a cerca de 300 estudiantes de muy diversa procedencia, aunque su ámbito de influencia es el Barrio Alto y el centro de la ciudad. El colegio cuenta con cuatro aulas de Educación Infantil, once aulas de Educación primaria y un aula de Educación Especial.

Manuel López, que lleva ya 28 años formando parte del profesorado del Cristóbal Colón, no termina de explicarse el por qué del sambenito que se le ha colgado al centro. En parte el origen de esta 'leyenda negra' puede estar en que en su día, hace más de una década, el colegio Cristóbal Colón era de los pocos que contaba con servicio de comedor escolar en la ciudad, circunstancia que aprovechaban los servicios sociales para inscribir en este centro a los hijos de familias con problemas sociales, para garantizarles al menos una buena atención a la hora de la comida. La situación, a día de hoy, es bien distinta y curiosamente, ahora el Colón no cuenta con comedor escolar (del que se prescindió para habilitar un gimnasio), ni tampoco con aula matinal, aunque este último servicio se ha solicitado para el próximo curso.

El director del colegio asegura estar orgulloso del centro y de su profesorado, del que afirma que se vuelca en su labor. El colegio, que cuenta además con dos líneas de transporte escolar gratuito, se ha convertido en una pequeña Babel, ya que hay alumnos de quince nacionalidades diferentes, entre ellos bastantes hijos de militares destinados en la Base de Rota. Precisamente la 'leyenda negra' que ha arrastrado el centro durante años ha permitido que la ratio de las clases sea baja, lo que permite una atención mucho más personalizada a los alumnos por parte de los profesores, a lo que hay que sumar además el trabajo de los voluntarios con los que cuenta el centro.

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