Numerosos ciegos de los que andaban por las calles de nuestra ciudad tocando la guitarra y pidiendo limosna visitaron ayer al nuevo alcalde de Cádiz para rogarle que les permitiera seguir con su actividad. El alcalde, Francisco Díaz, insistió en sus negativa, pues esa costumbre no es otra cosa que un vagabundeo encubierto. Díaz comprendió la situación en que quedarán estos ciegos y les aseguró que estudiará la situación pero que no permitirá la proliferación de vagabundos. Los mismo ha ocurrido con un sujeto que paseaba un oso por nuestras calles pidiendo limosna. Le ha sido retirado el permiso y el sujeto con su animal tendrá que buscar otra ciudad para pedir limosna. El alcalde aseguró que será muy riguroso.