"El Castillo de Sancti Petri siempre ha sido y será de Chiclana" o "que se olviden los chiclaneros de la propiedad del Castillo" son sólo dos opiniones que resume el debate que se ha producido entre los internautas de ambas localidades tras el encuentro que mantuvieron los alcaldes de San Fernando y Chiclana, Manuel María de Bernardo y José María Román, en la fortaleza hace una semana.

La discusión sobre la titularidad del Castillo de Sancti Petri entre isleños y chiclaneros parecía enterrada con el paso del tiempo, como si fuera un asunto ya caduco y sin sentido. Pero no opinan así los internautas que dieron su opinión en la página web de Diario de Cádiz cuando conocieron la noticia de la reunión histórica entre De Bernardo y Román en el codiciado islote de 40.000 metros cuadrados de superficie.

Los dos alcaldes fueron bastante cautos a la hora de opinar sobre la propiedad del Castillo y ambos coincidieron en que se trata de un bien de todos los gaditanos sin entrar en polémica sobre quién manda en el islote.

Mientras, los comentarios en internet giraban hacia una dirección bien distinta, predominando la controversia e incluso los insultos entre chiclaneros e isleños a cuentas del Castillo.

La Demarcación de Costas se ha cuidado muy mucho de no echar más leña al fuego a la hora de colocar los carteles en los que se anuncian las obras de consolidación y recuperación del Castillo, las cuales comenzaron hace escasas semanas. En esos rótulos pone bien claro que la actuación se encuadra en los términos municipales de San Fernando y Chiclana.

Una postura salomónica que, sin embargo, que no ha pasado desapercibida para los acérrimos defensores de la titularidad del islote, ya sea de un bando o del otro. Las razones que esgrimen un buen número de isleños sobre la propiedad del Castillo se basan, sobre todo, en que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) les ha dado la razón en cuanto a que la fortaleza se halla dentro del término municipal de San Fernando. Así, gran parte de los comentarios entre internautas se refieren a ese fallo judicial y los que más provecho sacan del mismo, como es lógico, son los isleños. Pero las interpretaciones desde la localidad vecina no se quedan atrás al recordar a sus oponentes de San Fernando que los que disfrutan de la fortaleza son los chiclaneros por la cercanía del Castillo y por las vistas que ofrecen a las playas de esta población. No en vano, se llama Castillo de Sancti Petri, matizan.

Alcaldes, concejales y agentes sociales de las dos ciudades no se mojan y prefieren ser prudentes en este tema que antaño era bastante espinoso y que provocó enfrentamientos a nivel político. Con el paso del tiempo se ha llegado a un consenso político sobre la titularidad del islote, es decir, un acuerdo no escrito donde prevalezca la cordura y se deja de lado la pelea entre ambas administraciones. Lo curioso es que la porfía por el dominio del Castillo continúa latente en la calle, si bien en menor medida que en otras épocas. Quizás por las nuevas generaciones, porque es un asunto transnochado o porque, como dicen muchos, no se va a discutir ahora por cuatro piedras que se están cayendo.