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De las palabras a los números

  • ras 15 días de campaña, las promesas se traducen mañana en número de concejales. La jornada de reflexión pone fin hoy a una campaña electoral intensa y disputada. Los enfrentamientos podrían dar paso el lunes a las negociaciones para pactos.

LLEGÓ el momento de traducir 15 días de intensa campaña electoral en cifras. Han sido cientos, miles, quizás millones las palabras que se han pronunciado durante la campaña electoral por parte de candidatos y miembros de las diferentes listas, así como por algún que otro político de peso traído desde el “más allá” para apoyar esta o aquella candidatura, con un único objetivo, convencer al votante de qué papeleta debe introducir mañana en la dichosa urna. 

Una urna de la que saldrá el equipo de gobierno encargado de dirigir a la ciudad los próximos cuatro años, o al menos los mimbres con los que, a posteriori, los elegidos tendrán que ponerse de acuerdo para conformar dicho equipo.

Atrás queda una campaña que empezó con algunas sorpresas, como las decisiones de última hora tanto de Ciudadanos como de UPyD de no presentar candidaturas a las municipales en Chiclana, circunstancias éstas que, a buen seguro, se traducirán también en importantes cambios en al resultado final de la ecuación que debe solucionarse mañana domingo. Y es que, a juzgar por el importante avance experimentado por un partido como Ciudadanos a nivel nacional en los últimos meses, además del respaldó que obtuvo en Chiclana el pasado mes de marzo en las elecciones autonómicas, todo parece indicar que serán muchos los votantes de esta formación, así como alguno de UPyD, que quedarán ‘huérfanos’ de candidatura mañana cuando entren en los colegios electorales, si es que llegan a desplazarse hasta los mismos. 

Una vez en plena vorágine de mítines y encuentros con todo tipo de colectivos, asociaciones y grupos, la postura, el talante y el ánimo de los políticos ha ido evolucionando a lo largo de la campaña, en función, por un lado, de las sensaciones que han ido encontrando en estos días, y por otro, de las previsiones y sondeos que cada formación maneja, además de las publicadas por los medios de comunicación. En este sentido, y aunque son muchos los políticos que aseguran no tener en consideración las encuestas, “entre otras cosas porque no suelen acertar”, aseguran los que no salen bien parados, son la mayoría los que miran, aunque sea de reojo, las consultas que se van haciendo desde meses antes de las elecciones.

En cualquier caso, resulta también especialmente complejo pronosticar unos resultados más o menos fiables en unos comicios como los que se celebran mañana en Chiclana, con partidos habituales que esta vez causarán baja entre las candidaturas que se presentan y varias formaciones de nuevo cuño que concurren por vez primera a las municipales chiclaneras, en un entorno marcado, además, por la sorprendente irrupción hace unos meses en el panorama nacional de la nueva formación Podemos, que ha tenido también su consecuencias a nivel municipal.

La presencia de hasta tres formaciones que se autodefinen herederas legítimas de Podemos, aunque los órganos directivos de este partido en Chiclana tan sólo hayan mostrado su respaldo oficial a ‘Por Chiclana sí se puede’, ha venido a añadir nuevas variantes a un tablero de juego claramente marcado por las tendencias de centro e izquierda, en las que se alinean partidos como Sumemos, Ganemos, Por Chiclana sí se puede, IU, PSOE y PA, frente a las de centro derecha, donde el PP llega en solitario a una partida en la que, al menos a priori, parece que le resultará complicado encontrar compañero de viaje en caso de que sea necesaria la suma de voluntades para forma gobierno. Siempre le quedará el PVRE, si se tiene en cuenta que han llegado de la mano hasta el final de la legislatura, a pesar de no pocos obstáculos en el camino, formación ésta más abierta en cuanto a su inclinación política al haber surgido del descontento vecinal relacionado con un problema muy concreto, como el de la regularización de viviendas y el diseminado. Un carácter también vecinal es el que enarbola por bandera DIPA, aunque difícilmente se puede pensar en esta formación como llave para formar gobierno a juzgar por lo extremo de sus posturas en todo aquello que afecta a los grandes partidos.     

Ya sólo queda comprobar si cada cual ha sabido transmitir sus programas, sus ideas y sus proyectos de futuro, o si los ciudadanos preferirán dar prioridad a otros conceptos, como el del descontento general con la clase política que se refleja en todas las encuestas, el de la regeneración de los partidos o el del castigo que puede suponer para más de una formación la actual crisis económica, según se mire a una administración u otra.

En cualquier caso, y en esto coincidirán todos, lo mejor es que no habrá que esperar mucho ya para conocer la tan ansiada traducción de las millones de palabras pronunciadas y escritas estos días en números, los del reparto de concejales con los que contará cada formación a partir del próximo 13 de junio, fecha en la que se constituirá la nueva Corporación municipal.  

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