Desde el barrio de la Boca, pero tan gaditano como siempre, llegó el coro de Fali Pastrana para protagonizar una decimocuarta sesión que también tuvo a la comparsa de Quiñones y la chirigota Los naturales como grandes atracciones. Ellos fueron las estrellas de una noche de altibajos que comenzó por todo lo alto y acabó en tortura. 

Abrió la función el coro de Pastrana, este año sin la colaboración de Quico Zamora en la música. Los tangueros impresionaron con un potentísimo conjunto de voces y un gran repertorio que les coloca directamente entre los favoritos en la modalidad. Ni el acento argentino les hizo perder su característico sello, más gaditano imposible. Gran esfuerzo el realizado para encajar la música y la interpretación en el tipo sin perder su identidad gaditana.

Curiosa dosis de sol y playa para continuar. La chirigota Los naturales (como mi mare me parió) tiró de buen humor y poca vergüenza para reivindicar el derecho de los nudistas y también agradó la comparsa algecireña El sol, mejor en voces y afinación que en repertorio. Pequeño bajón con la floja chirigota Las maría dorada antes de recibir sobre las tablas a la comparsa de Joaquín Quiñones, segundo premio el pasado año con La pensadora gaditana. Como viene siendo habitual en los últimos años, sólo puede calificarse de perfecta la interpretación del grupo dirigido por Fali Mosquera. Buen nivel también en letra y música, siguiendo la línea del pasado año, y una gran puesta en escena son las bazas de La caja de Pandora para estar de nuevo en la final.

Con un tipo muy simpático pero un repertorio de lo más discreto llegó, tras el descanso, la chirigota Los de la Isla de León, una especie en extinción. Mejor suerte, aunque no demasiada, tuvo la discreta comparsa Los hombres del tiempo. Animó al teatro, ya en plena madrugada, la buena chirigota Los galácticos, con un espectacular tipo basado en los personajes de 'Star Wars'. Muy currado y bien empleado para dar brillo a su repertorio. También agradó la comparsa sevillana Palabritas y cerró sesión la chirigota cordobesa Los que sufren por gusto que, haciendo honor a su tipo, practicó el sadismo con los pocos que quedaban aún en el teatro, la mayoría de ellos por obligación.