Cádiz

Arturo Pérez-Reverte renuncia al comisariado de la exposición del Doce

  • El escritor y académico envía una carta a la alcaldesa de Cádiz donde le pide que le libere de su "compromiso verbal" con el Consistorio debido al "retraso" de la muestra cuya financiación aún no estaba cerrada

El tiempo nunca pasa en balde. Avanza, implacable, a favor de unos y en detrimento de otros. El tiempo pasa y "se echa encima", dice Arturo Pérez-Reverte, que ha mirado por última vez las manillas de su reloj que esperaban por Cádiz. Será que en San Juan de Dios el cronómetro camina lento, más lento. Pero el tiempo pasa y el escritor y periodista no es un hombre de "prisas" e "improvisaciones". Por eso renuncia al comisariado de la exposición del Doce que organiza el Ayuntamiento de Cádiz. Porque esperaba. Y el tiempo pasó. Quizás a favor de unos. Quizás en detrimento de otros. Como lamentable desenlace de una oferta que desató la polémica en la ciudad.  

Dimes y diretes entre gobierno municipal y oposición con los que el académico nunca se sintió cómodo, tal y como refleja en la carta dirigida a la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, donde el literato pide a la primera edil que lo libere de su "compromiso verbal" con el encargo de comisariar una gran muestra en la ciudad con motivo del Bicentenario constitucional. 

Una misiva de contenido definitivo y muy directo donde Pérez-Reverte recuerda que "ha pasado mucho tiempo, más de un año y medio" desde que la alcaldesa le hizo "la amable propuesta de la exposición". "Las fechas se han echado encima, al menos las que yo tenía previstas, y todo ha ido con un retraso que hace temer prisas e improvisaciones que no beneficiarían el resultado final", continúa el documento que fue enviado al Consistorio gaditano con fecha del pasado día 4 de septiembre.

Pero, ¿cuál era el botón que había que pulsar para que el novelista diera el sí quiero al comisariado de la muestra? ¿Qué condición llevaría a Pérez-Reverte a estampar su firma en el documento de adjudicación definitiva que fue publicado por el área de Patrimonio y Hacienda el pasado 8 de abril?  Sólo una. La financiación.     

Ya, el pasado mes de mayo, durante un encuentro que mantuvo con la prensa tras recibir el premio Gaditano del Año en Onda Cero, el escritor adujo que aceptaría el puesto cuando estuviera garantizado el coste y la forma de financiación de la muestra. Por su parte, en esa misma fecha, el teniente alcalde de 2012, Juan José Ortiz, aseguró que el Ayuntamiento ya estaba trabajando en la licitación para la producción del montaje, que tendría que estar definida en un plazo de unos dos meses. Es decir, julio de este año.

Y julio pasó. Y llegó septiembre. Y nada más se supo de las fuentes, públicas o privadas, que soportarían económicamente la ambiciosa exposición que, según ideaba Pérez-Reverte, requería un tercio de la inversión de la exitosa muestra que, bajo su comisariado, se realizó en Madrid sobre el 2 de mayo. En definitiva, cerca de un millón de euros. 

Una cantidad que el Ayuntamiento en solitario no estaba en disposición de afrontar, según resaltó el escritor durante aquel encuentro con los medios de comunicación, por lo que el Consistorio tendría que recurrir a la iniciativa privada.

Asegurar la financiación. Ésa fue la condición de Pérez-Reverte. Ése es el tiempo que pasa al que se refiere en su carta ya que el contrato para ejercer de comisario en la exposición, por 150.000 euros, estaba en su poder y a falta de su rúbrica.

Pero, como sigue la epístola del literato dirigida a la alcaldesa, "en cierta forma me alegro de este retraso, pues me ha permitido reflexionar despacio sobre el asunto". Pensar sobre las polémicas. Sobre las críticas a sus honorarios. Sobre la politización de un asunto que, como tantos otros, sólo debería haberse ceñido y medido por su valía cultural. Por el bien de la ciudad.

"Si hace unos meses ya me causó malestar aquella polémica sobre lo que cobraría por dedicar dos años de mi trabajo a la exposición, ahora vuelve a irritarme que, apenas iniciado el curso municipal gaditano, otro concejal de partido local vuelva a utilizar el asunto como argumento político", continúa el escrito que se torna cada vez más revertiano. Así, al cartagenero no le apetece "ni para bien ni para mal mezclarse en esos fangales" ni oír más su nombre "en boca de gentuza de esa calaña, sea del partido que sea".

 Y es que los rifirrafes en torno al sueldo que cobraría Pérez-Reverte por ser comisario de la muestra arrancaron apenas diez días después del anuncio de la noticia por parte del Ayuntamiento, que tuvo lugar a mediados de marzo. Por aquel entonces, el portavoz del grupo municipal socialista, Rafael Román, pidió explicaciones sobre los honorarios del escritor que consideraba excesivos.

Estas críticas, que se alargaron en el tiempo, molestaron al académico que aclaró que no había "nada cerrado" pero que si eso suponía "malos rollos" declinaría la propuesta. Pero las aguas revueltas entre PP y PSOE, poco a poco, se calmaron.

Sin embargo, en esta carta de renuncia el novelista habla de un concejal de partido local que utiliza el asunto en el nuevo curso municipal. Posiblemente, Pérez-Reverte se refiera a Sebastián Terrada, portavoz del grupo municipal de Izquierda Unida, que en el Pleno del 3 de septiembre se limitó a preguntar si el escritor había aceptado definitivamente el cargo de comisario y la cuantía que dedicaría el Ayuntamiento a este evento. 

"Sintiéndolo mucho, por tanto, no seré comisario de la exposición sobre el Bicentenario", remata Pérez-Reverte la misiva en la que lamenta "el relativo fastidio" que pueda causar su decisión a los planes del Ayuntamiento, aunque cree que hay en la ciudad -que ocupa "un lugar importante" en su corazón, dice- quien lo haga "mucho mejor de lo que lo habría hecho yo".

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