Cádiz

Los parados encerrados en San Lorenzo vuelven a casa

  • Tras casi tres meses en un salón de la iglesia, los 20 desempleados abandonan por motivos "psicológicos y físicos"

El pasado jueves por la tarde, tras una reunión previa, los veinte parados encerrados en la parroquia de San Lorenzo abandonaron la concentración alegando motivos "físicos y psicológicos", si bien la culminación del mismo no se hizo oficial hasta ayer. Según Isaías Carrasco, uno de los portavoces del grupo autodenominado Parados de Cádiz Capital 2010, confirmaba ayer la necesidad de abandonar esta forma de reivindicación, si bien aseguran que seguirán manifestándose todas las mañanas en la plaza de San Juan de Dios, tal y como venían haciendo antes de confinarse en la iglesia.

Entre los motivos admitidos por los portavoces, destacan sobre los demás la familia y la imposibilidad de seguir conviviendo en un "lugar no aclimatado y sin ventanas". Carrasco explicó que la convivencia se había hecho imposible y que tenían "abandonadas" a sus familias. "Lo hemos hecho sobre todo por nuestras mujeres, lo estaban pasando realmente mal. Además no podíamos llevar dinero a casa. Antes, con el paro y las cuatro cosas que te iban saliendo podíamos salir adelante. De esta manera era imposible".

Los manifestantes critican la lentitud con la que el Ayuntamiento está haciendo frente a la promesa de buscarles empleo. En este tiempo, sólo cinco personas han sido contratadas como consecuencia de las tramitaciones municipales. De estos cinco, uno ha sido ya despedido. Jaime de León, otro de los desempleados que forman el grupo y también portavoz, asegura no creer en el compromiso contraído por la alcaldesa del Ayuntamiento de Cádiz, Teófila Martínez. "Está yendo demasiado lento", se lamenta De León. Carrasco por su parte explica que la situación de irregularidad laboral en el que muchos de sus compañeros habían trabajado "está dificultando la tramitación de los papeles en el Inem". Sin embargo, según reconoce el propio Carrasco, el Ayuntamiento ha sido la única institución pública que se ha preocupado por su situación.

Estas veinte personas llevan casi cinco meses manifestándose, primero en la plaza San Juan de Dios y, posteriormente, en un encierro que ayer hubiese cumplido tres meses en la citada iglesia, reivindicando que alguien se haga cargo de su situación laboral y se les dé trabajo.

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