Hace ocho años la congregación de las Siervas de María abandonaba Cádiz, ciudad en la que habían permanecido durante 116 realizando una importante labor social. La falta de vocaciones era una de las causas de su marcha. La otra era el mal estado en el que se encontraba su residencia, cuya rehabilitación tenía un coste que excedía a sus posibilidades de financiación.

El edificio que dejaron en el mes de marzo de 2002 se ubicaba en el número 4 de la calle Santa María Soledad, en Puerta Tierra. Casi una década después del cierre, el inmueble sigue cerrado. Clausura que, sin embargo, concluirá pronto.

La junta de gobierno local incluye en su convocatoria de hoy jueves la aprobación del derribo del inmueble y de la licencia para la construcción de viviendas en su lugar.

El proyecto está en manos de una inmobiliaria gaditana, Construcciones San Miguel, que adquirió el viejo convento hace ya unos años e incluso anunció la promoción de viviendas de renta libre, operación que se ralentizó por la situación del mercado y por una tramitación burocrática más complicada de lo previsto.

La empresa promotora recupera ahora esta actuación. Aunque se mantiene la crisis, ya comienzan a mejorar algo las ventas tanto de pisos de nueva planta como de rehabilitación. Además donde se ubica este proyecto, junto a la playa de Santa María del Mar y a escasos metros de la Avenida, es una de las zonas con más valor urbanístico de la ciudad y donde los precios de venta y alquiler aún se mantienen alto.

El proyecto incluye la construcción de 43 viviendas, garajes y locales comerciales. La operación incluye también el derribo de la capilla que, tras la marcha de las Siervas de María, se mantuvo abierta un tiempo regida por la prelatura del Opus Dei y que no mantiene ningún resto de valor.

La larga tramitación burocrática de esta operación ha facilitado que el proyecto no sólo esté adaptado al actual PGOU en vigor si no también al que actualmente está en fase de redacción. A la vez, durante las negociaciones con el Ayuntamiento se llegó incluso a plantear la construcción en el terreno de un hotel.

El proyecto se pone en marcha, aún sin fecha para el inicio de los trabajos de derribo, cuando otras promociones privadas se han visto ralentizadas e incluso paralizadas por la crisis económica, lo que supone un importante impulso al sector de la construcción en la ciudad, tan necesitada de este tipo de operaciones.