Cádiz

Los cuatro vicarios muestran su desacuerdo con el artículo de Piña

  • En un comunicado de prensa defienden que el obispo es el que tiene la decisión sobre las procesiones en Sábado Santo

La cúpula de la Iglesia gaditana ha reaccionado a la opinión expresada en un artículo publicado por Diario de Cádiz en su edición de ayer y firmado por el párroco de Santo Tomás, Juan Piña Batista, sobre la autorización del obispo a que el Santo Entierro procesione en la tarde del Sábado Santo. Los cuatro vicarios de la diócesis de Cádiz y Ceuta -el vicario general de Cádiz, Guillermo Domínguez Leonsegui; el vicario general de Ceuta, Francisco Correro Tocón; el vicario de Pastoral, Fructuoso Antolín Camacho; y el vicario judicial, Pedro Velo González, firmaron ayer un comunicado de prensa en el que defendían la actuación del obispo y recriminaban la actitud de Piña.

En su artículo, el párroco de Santo Tomás cuestionaba la medida aprobada por el obispo para que las procesiones del Santo Entierro en la diócesis pudieran celebrarse el Sábado Santo (que hasta ahora no estaba permitido), ya que a su juicio la decisión de Antonio Ceballos "rompe la práctica eclesial establecida unos años después del Concilio y mantenida en esta diócesis desde entonces". Además, Piña cuestionaba la legitimidad de la decisión y se preguntaba también si era "prudente" y "eclesial".

Ante esto, los cuatro vicarios manifestaron ayer "que comprendemos que sobre la oportunidad pastoral de la decisión puede haber diferentes y respetables opiniones, tanto en el clero como entre los fieles". "Pero corresponde al obispo la última decisión, quien previamente se ha asesorado sobre el tema".

En segundo lugar, los máximos responsables de la diócesis por debajo del obispo afirman en su comunicado que, "sin entrar en razones pastorales, litúrgicas o canónicas sobre la legitimidad o eclesialidad de la decisión, lo que está fuera de duda, no podemos aprobar que sea a través de la prensa donde un sacerdote exprese su disconformidad con un decreto episcopal".

El último punto de la nota manifiesta que "somos mayoría los sacerdotes y fieles cristianos que no estamos de acuerdo con la forma irónica que puede resultar hiriente a la persona del obispo".

Esto se refiere a diversos comentarios en clave irónica que Piña realiza en su artículo y que reprueban los vicarios, como al señalar que el decreto para autorizar procesiones el Sábado Santo está redactado "todavía en castellano" o que al obispo podían concederle "el Senatus" antes de irse.

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