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Cuando se habla del Plan de Reindustrialización de la Bahía, la primera imagen que se viene a la cabeza, y la más difundida, es la de grandes proyectos, principalmente de grupos empresariales nacional o internacionales, del sector industrial o del energético y con inversiones de, al menos, siete ceros. Éste ha sido el perfil de las iniciativas que han tenido un sitio preferente tanto en los anuncios políticos como en los propios medios de comunicación debido a su envergadura económica y laboral. Pero el programa de reindustrialización, emprendido en esta zona por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero tras el cierre de la factoría Delphi, se ha demostrado también una oportunidad para pequeñas y medianas empresas locales que necesitan el respaldo público y, sobre todo hoy en día, el apoyo financiero para afrontar esos planes de crecimiento aplazados o surgidos como la mejor receta contra la crisis.

Éste es el caso de El Fogón de Mariana, un grupo hostelero y de alimentación netamente familiar que echó a andar en San Fernando en el año 1988 y que en la actualidad cuenta con nueve puntos de venta tanto en La Isla como en la capital a través de la enseña original, pero también de Jamones de Montanera, Asador Puntaparrilla, Cañas y Adobo, Capri y Carnesur (la sociedad más antigua, que data de 1984 y se dedica a la comercialización de carne).

Tras esta progresiva expansión, la empresa quiere dar un salto industrial que le permita mejorar el servicio en sus establecimientos, pero también crecer fuera de la Bahía y de la provincia. El primer paso será la apertura de unas cocinas centrales con grandes cámaras frigoríficas para abastecer a las satélites de los restaurantes, "de manera que toda la materia prima llegue limpia, se centralice la seguridad alimentaria y se unifique el producto en cuanto a corte, racionamiento...", según explica Laura Bey, la única mujer entre los cuatro hermanos que han tomado las riendas del negocio. Estarán ubicadas en el Polígono Industrial Fadricas I, de San Fernando, en una de las tres naves contiguas que han adquirido para desarrollar el proyecto. Las otras dos se reservarán para un gran establecimiento de banquetes, un subsector escasamente explotado en la Bahía y con un interesante mercado potencial. En total, 2.800 metros cuadrados que suponen un reto nuevo para la sociedad isleña.

Esta innovación industrial permitirá ofrecer un servicio de más calidad, según argumenta Bey, pero también hará posible una nueva fase de expansión tanto geográfica como comercial. Las miras están puestas fuera de la Bahía y también de la provincia a través de franquicias, un sistema muy extendido en el sector pero que hasta ahora cuenta con pocas referencias de origen gaditano. Además, El Fogón de Mariana quiere entrar en el negocio de las comidas preparadas, un ámbito en auge y con demanda creciente debido al cambio de costumbres alimenticias en los hogares.

La segunda parte de la inversión, que asciende en total a cuatro millones de euros, es la creación de la primera sala de despiece de carne de la Bahía -la más cercana está en Jerez-. Esta nueva instalación, que se especializará en el vacuno, también facilitará el abastecimiento a los restaurantes pero, sobre todo, convertirá al grupo restaurador en un mayorista homologado para la venta directa de carne fresca al consumidor, una línea de actividad novedosa e importante porque mejorará al funcionamiento interno del negocio.

El conjunto de este proyecto, industrial y empresarial, tendrá también un doble beneficio en términos laborales porque permitirá crear quince puestos de trabajo directos, pero, sobre todo, "consolidar los 160 que forman nuestra plantilla", según remarcó Laura Bey.

La aventura empresarial se hará realidad gracias, en gran parte, a la financiación del 50% de la inversión por parte del Ministerio de Industria a través de préstamos reembolsables. La inyección de capital está todavía pendiente de la aprobación definitiva y corresponde a la segunda convocatoria del plan de reindustrialización de la Bahía, que se puso en marcha en octubre de 2008. La confirmación y entrega de cantidades por parte del Gobierno probablemente no se producirá hasta finales de año o principios de 2010, considerando los plazos que se dieron en la primera edición de 2007.

La compañía dispondrá entonces de quince años para devolver el crédito con un periodo de carencia de cinco años y diez años de amortización, es decir, que el reintegro no deberá comenzar, al menos, hasta 2014 ó 2015, en función de la fecha final final de pago.

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