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Cádiz

La escolta nazarena

  • San Juan de Dios no cerró sus puertas en las 23 horas que duró la visita de las imágenes del Nazareno

Acostumbrados al ajetreo que siempre despierta en sus salidas, llamó la atención la quietud del martes. Entre tanto ajetreo y murmullo que suele acompañarle cuando el viernes recibe a sus devotos en Santa María, sorprendía el recogimiento que envolvía San Juan de Dios. Y si en la Madrugada (con mayúsculas) se acompañan de aplausos, vítores, marchas y saetas, en la del miércoles (con minúsculas) fue el silencio el mejor compañero. La multitud que habitualmente rodea al Nazareno se convirtió en escolta en la madrugada del pasado miércoles. Una escolta fiel que no se separó del Señor de Santa María y de la Virgen de los Dolores durante toda la noche.

Quiso la Santa Caridad que la histórica estancia de los titulares del Nazareno en su sede fuera celebrada sin el cierre de las puertas desde que entraron (antes de las ocho de la tarde del martes) hasta que se marcharon (a las siete del miércoles). 23 horas en la que hace cuatrocientos años fue sede temporal de la corporación de Santa María. Casi un día completo de contemplación de las dos imágenes.

"Es un privilegio, un lujo. Como hermano del Nazareno, nunca he podido estar tan cerca y con tanta tranquilidad a su lado. Y como hermano de la Santa Caridad, ha sido también una experiencia única volver a recibir al que fue inquilino de la casa. Ha sido, en definitiva, una experiencia muy bonita", comentaba ayer una de las personas que permaneció toda la noche en San Juan de Dios.

Y es que a lo largo de la noche "ha habido un goteo permanente" que permitió que no hubiera "un momento en el que no haya estado entrando y saliendo gente", comentaban ayer los que decidieron realizar completa la adoración al Santísimo, escoltado ayer por el Nazareno y la Virgen de los Dolores. "El tramo entre las dos y las cinco, aproximadamente, es cuando menos gente ha habido. Y aún así seríamos unas siete personas", explicaban.

Las dos corporaciones habían programado una serie de turnos para que siempre hubiera hermanos en San Juan de Dios. Pero algunos, sobre todo miembros de la Santa Caridad, decidieron permanecer allí toda la noche. Entre ellos el hermano mayor, Juan Antonio García, que explicaba que el hecho "de que venga el Nazareno es excepcional, y que vaya al sitio del que salió para ir a Santa María hace ahora cuatrocientos años también; y por eso hemos querido celebrarlo así".

Así, hora a hora, fue consumiéndose la estancia de estas imágenes en esa madrugada en minúsculas, en la que el Señor siempre estuvo acompañado de su escolta nazarena.

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