NADA es igual que hace unos años. Todo en la Semana Santa ha evolucionado: los cortejos, el público, la ciudad, la sociedad gaditana, el andar de los pasos... Todo menos la carrera oficial. Hace ya más de una década que el caminar de las cofradías de penitencia por ese recorrido común entre la Catedral y la esquina de Ancha con San José es exactamente el mismo de un año para otro. Con los mismos rincones destacados, con casi la misma gente sentada en el mismo sitio, y por supuesto con las mismas carencias, problemas y puntos negativos que no han hecho sino ir creciendo. La carrera oficial no ha evolucionado en estos últimos años al ritmo que sí lo han hecho las hermandades, sus cortejos, sus pasos procesionales; o el propio público y la sociedad gaditana. Y al fin casi todas las voces cofradieras se han convencido, con la experiencia reciente de la Semana Santa recién acabada, que la carrera oficial debe sufrir cambios para beneficio de las hermandades y del público en general.

El Consejo ya ha comenzado a trabajar en este sentido, habiendo reunido esta semana a la comisión que precisamente se creó para estudiar posibles mejoras de la Semana Santa.

Los datos son bastante claros: la carrera oficial actual es extremadamente larga, ocupa un alto porcentaje del recorrido de las hermandades (en algunos casos la cofradía pasa en carrera oficial casi la mitad del tiempo que está en la calle) y con números en las manos empiezan a sobrar sillas (en Ancha, por ejemplo, hay días que no se ocupan ni la mitad de localidades disponibles, sobre todo por lo tardío del horario en que pasan las cofradías, lo que supone ya no una merma de ingresos sino que prácticamente cuesta dinero habilitar esa calle como carrera oficial).

La situación exige un cambio, una reforma. Y en la mayoría de los casos, la futura carrera oficial mira a la plaza de San Juan de Dios. La apuesta de variar el emplazamiento del recorrido común de las hermandades en Semana Santa tiene como puntos a favor que necesitaría de menos tiempo de paso que ahora (donde como mínimo emplea una hermandad casi tres horas desde que entra su Cruz de Guía en Catedral hasta que el último paso abandona Ancha) o que el recorrido sería más diáfano y permitiría ir ampliando el aforo de sillas y/o palcos.

Varias son las opciones que se plantean con la carrera oficial por San Juan de Dios. La más sencilla sería comenzar ante la estatua de Moret y finalizar en el interior de la Catedral; algunos adelantarían ese inicio a la confluencia de Cristóbal Colón con Nueva (permitiendo el acceso de las hermandades por Canalejas, por San Francisco o por Cristóbal Colón, lo que abre ciertamente las posibilidades de recorridos alternativos), finalizando en la Catedral. Y la propuesta más amplia sería la de comenzar en ese punto de Nueva y prolongar la carrera oficial hasta la plaza del Palillero, colocando así la estación de penitencia en medio de la carrera y permitiendo que desde la céntrica plaza del Palillero cada hermandad tome el camino que desee (Columela a la izquierda hacia la Plaza de las Flores, como ha hecho este año Servitas; Novena para seguir por Ancha o girar por Valverde o Barrié o San Miguel; Columela hacia San Francisco; o incluso Javier de Burgos hacia arriba).

A estas propuestas se une la que ya lanzó Ignacio Robles, que iniciaba su carrera en San Agustín para finalizar en la Catedral. Y los menos 'atrevidos' siguen apostando por invertir el actual recorrido de la carrera oficial como solución, asunto que también se tendrá en cuenta en los estudios y reuniones que el Consejo se promete realizar de manera concienzuda en los próximos meses. La clave: poner disponer en el itinerario que sea de un mínimo de 4.824 sillas, que son las que actualmente se colocan a lo largo de la carrera (algunas menos este año con el andamio de Ancha).

¿Estarán las cofradías dispuestas a intentar cambiar el escenario de la carrera oficial -aunque se realice por un año de manera experimental- buscando el bien común de una Semana Santa que necesita de estas reformas?