Estas son las palabras que nunca nadie dijo en el Ayuntamiento: "Al cónsul de la nazi de la Merkel que lo reciba Rajoy". La frase se multiplicó en los sms de trabajadores municipales después de que Marc E. Schmelcher utilizara un acto en la Base de Rota que celebraba el 4 de julio, fiesta nacional de Estados Unidos, para divulgar el bulo entre personal de la Armada. Pero ni Schmelcher tenía cita en el Ayuntamiento, ni su nombre está en el registro, ni esperó hora y media, ni escuchó nada en una puerta entreabierta por la sencilla razón de que nunca estuvo allí.

Un militar que escuchó de boca del cónsul el falso incidente añade elementos de la conversación que tuvo con Schmelcher: "También dijo que el buque escuela de la Armada alemana, el Gorch Fock, no podría venir a Cádiz, aparte de por el incidente, que ya había puesto en conocimiento de la embajada, sino porque él creía que se corría el riesgo de que el buque fuera tomado al estilo de Greenpeace". Ni la embajada en Madrid, ni el consulado de Málaga, que es el auténtico consulado que centraliza la burocracia de sus paisanos en Andalucía, incluida Cádiz, habían recibido información del cónsul acerca de este no-hecho.

Alguna obsesión parecía rondarle al extrovertido cónsul honorario cuando ya en la pasada Feria de Jerez, en presencia de varias personas, afirmó que si ganaba la izquierda él no consentiría que el Gorch Fock atracara en Cádiz.

Schmelcher no es, naturalmente, diplomático y, propiamente, no tiene ninguna ascendencia sobre Cádiz, ni mucho menos sobre Sevilla y Huelva, provincias sobre las que él decía esperar recibir en breve un nombramiento. Es cónsul honorario de Jerez, igual que hay otro cónsul honorario en Aguadulce. Vive en Espartinas (Sevilla) y tiene un bufete de intermediación inmobiliaria, Costa Luz, en el que se dedica a hacer gestiones a compatriotas suyos que quieren adquirir casas en la zona, aunque en la red Linkedin asegura que también tiene mercado entre rusos y ucranianos. En esa oficina de intermediación es donde tiene un consulado que se creó muchos años antes para, de algún modo, homenajear al director de la bodega Sandeman, Jorge Mundt, su antecesor, todo un caballero que jamás hubiera sido capaz de pronunciar la palabra nazi, del dolor que le causaba aquella etapa de la historia de su país. Schmelcher se postuló, tras no poder continuar con el consulado Mundt por su salud, y fue nombrado en el año 2010. Pertenece a la asociación de cónsules gaditanos y algunos de los miembros lo define como "una persona muy habladora. Y es verdad que alguna vez, entre nosotros, podemos realizar alguna crítica por considerar que no se ha tratado a uno u otro convenientemente, pero ni sale de ahí ni me podía figurar que alguien pudiera fabular un incidente".

Schmelcher estaba muy orgulloso de su buena relación con el gobierno municipal de Teófila Martínez. Algunos de los que fueron sus concejales le reconocen a Schmelcher el mérito de haber agilizado las gestiones para que el Gorch Folk participara en la regata del Bicentenario. Por eso se presentó en el Ayuntamiento al poco tiempo de que la principal publicación alemana, Der Spiegel, realizara un reportaje sobre la ciudad en la que se relataba la dura situación económica en contraste con las contrucción faraónica del puente. Schmelcher se reunió con Teófila Martínez para pedir disculpas no se sabe muy bien en nombre de quién, ya que oficialmente ni el consulado de Málaga ni la embajada alemana, que no vieron con buenos ojos esa ligereza del cónsul, consideraron necesario pronunciarse sobre lo publicado.

Durante toda la semana se ha intentado localizar al cónsul. Ni coge el teléfono ni contesta mensajes, aunque rápidamente lo cogió la semana pasada y cuando se le preguntó por el incidente manifestó que "ni confirmo, ni desmiento, me gustaría hablar de eso, pero no debo", cuando pudo haberlo desmentido. Tampoco ha contestado las llamadas del propio alcalde ni las de sus compañeros cónsules. El embuste era demasiado grande.