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Cádiz

En busca de un compromiso firmado

  • Medio millar de estudiantes de Ingeniería irrumpe en la Delegación del Gobierno con la intención de que el delegado deje constancia por escrito de la inversión para la Escuela · López Gil los ha convocado para hoy

Decía ayer un profesor de la Escuela Superior de Ingeniería que sentía pena. Su rostro la reflejaba, la transmitía. Pena por el hecho de que haya que cortar clases, suspender exámenes, denunciar en prensa, protestar en la calle e irrumpir en despachos para que quienes nos representan, quienes nos dirigen desde las administraciones dejen de echar mano de la fácil palabra 'imposible' e inicien el arduo trabajo de buscar soluciones. Triste, pero real. Tan real como que unos quinientos alumnos de ese centro universitario acordaron a media mañana de ayer acudir a la sede de la Delegación del Gobierno en Cádiz con el propósito de pedir por escrito al delegado, Fernando López Gil, su compromiso con la ESI.

Lo decidieron en una asamblea convocada por la Delegación de Alumnos y a la que fue invitada el rector de la Universidad de Cádiz para que informara sobre las novedades producidas en los últimos días sobre su futura Escuela. Eduardo González Mazo les explicó que, a pesar de que la Junta de Andalucía se ha comprometido a "inyectar liquidez" en los próximos meses para concluir el edificio, "ahora mismo no tenemos ningún compromiso por escrito, en la mano".

Una explicación que no gustó a los estudiantes, hartos ya de promesas incumplidas que arrastran años. Es por ello que, una vez concluida la asamblea y tras solicitarle al rector su compañía, el delegado de alumnos de la ESI, Francisco Maestre, animó a sus compañeros a encaminar sus pasos hacia la plaza de España, donde se encuentra la sede de la Delegación del Gobierno andaluz en Cádiz. Algo parecido sucedió hace unas semanas, cuando el pasado 25 de octubre, tras el desarrollo de una asamblea, el alumnado se dirigió al Rectorado para reclamarle al rector la nueva Escuela. En esa ocasión fueron más de 300 los jóvenes que se movilizaron. Ayer, rozaban el medio millar.

Al grito de "¡La ESI, unida, jamás será vencida!", irrumpieron en el inmueble de la Junta a las 13.30 horas. Los funcionarios, sorprendidos por el griterío, salieron de sus dependencias y preguntaron a estudiantes el motivo de su protesta. Algunos empleados les mostraron su apoyo y también les animaron con aplausos.

"Recordad que hemos venido aquí a manifestarnos pacíficamente, respetemos a las personas que están trabajando", manifestó el delegado de alumnos a sus compañeros en el hall del edificio. En un principio, los estudiantes optaron por sentarse allí a la espera de que el delegado del Gobierno les atendiera, pero eran tantos que no cabían todos, por lo que optaron por repartirse por las cuatro plantas del edificio. Hasta el último piso llegó Maestre en compañía de decenas de futuros ingenieros, que por las escaleras fueron gritando: "¡Queremos una Escuela!", "¡Invasión, invasión!", "Nuestro dinero, ¿dónde está?", "¡Ya está aquí el movimiento estudiantil!".

Llegaron hasta la misma puerta del despacho de López Gil, y optaron por sentarse en el suelo mientras Maestre y otro estudiante, Gonzalo Lamas, eran recibidos por el jefe de gabinete y la secretaria del delegado, que se encontraba fuera de la provincia. Durante los minutos que duró la reunión, los estudiantes congregados en el cuarto piso prosiguieron con los cánticos, y muchos de ellos inmortalizaron el momento con sus teléfonos móviles. "Queremos que el delegado firme en un papel que vamos a tener dinero suficiente a partir de ahora para acabar la ESI, urbanizar la zona y equipar el centro. ¡Ya no esperamos más!", comentó indignado un alumno. No obstante, la espera continúa, pues al no encontrarse ayer el delegado en la sede, los estudiantes se fueron sin su rúbrica, aunque con el compromiso del político de atenderlos durante la jornada de hoy, como aseguró a Maestre vía telefónica.

Eso sí, el medio millar de estudiantes no abandonó el equipamiento por iniciativa propia. Diez minutos antes de las 14 horas, varios agentes del Cuerpo Nacional de Policía se personaron en la Delegación e instaron a los manifestantes a abandonar el edificio en el plazo de dos minutos. Si no cumplían con la orden -les advirtió uno de los agentes-, se abrirían diligencias contra ellos. Los estudiantes decidieron marcharse una vez salió del despacho el delegado de Alumnos, que les informó de la reunión fijada para hoy con López Gil. Los dos minutos de margen habían transcurrido ya. "¡Menos policías y más ingenieros!", ahí quedó.

En el registro de la Delegación quedó la petición de citación con el delegado firmada por Francisco Maestre. Ya en la calle, el joven agradeció a sus compañeros el comportamiento ejemplar demostrado: "Hemos conseguido lo que queríamos, que el delegado nos escuche. He hablado con él por teléfono y me ha dicho que mañana se reunirá con nosotros. Y muchas gracias también por vuestro comportamiento. Reclamamos nuestra Escuela de forma pacífica y sin pausa". Y tras los aplausos, agregó: "Vamos a dejarlo aquí por hoy".

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