En apenas un mes la alcaldesa, Teófila Martínez, ha planteado en dos ocasiones la necesidad de reflexionar sobre los usos futuros de determinados equipamientos municipales a fin de darles el uso más rentable para la ciudad una vez concluyan los actos del Bicentenario. Edificios como las antiguas sede de las escuelas de Danza y Música y el propio castillo de San Sebastián forman parte de un listado sobre el que Martínez considera que será necesario echar una "pensada". Coincidiendo con el tiempo, el delegado del Gobierno de la Junta en Cádiz, Fernando López Gil, también se ha mostrado dispuesto a sentarse con la alcaldesa para analizar los usos más adecuados para los edificios y solares que, hoy en manos de la administración regional, se encuentran cerrados o abandonados.

Lo cierto es que es ahora en tiempos de crisis, con las inversiones públicas al mínimo al igual que las procedentes de fondos privados y con dificultades de obtener financiación bancaria para afrontar nuevos proyectos, cuando se puede hacer una parada y reflexionar sobre lo que se quería hacer, sobre lo que se puede hacer y sobre lo que sería ideal hacer con todos estos edificios y solares de titularidad pública.

Lo cierto, también, es que en la ciudad se han ido acumulando demasiados proyectos que, afectados por la crisis, se han paralizado o, simplemente, no acaban de salir adelante aún cuando acumulen años de espera: plaza de Sevilla, Tiempo Libre, Depósitos de Tabaco, solares como el de Santa Ana... Demasiados para un término urbano tan reducido y con tantas necesidades.

La ciudad, también, ha evolucionado en su propio desarrollo económico y social. Si su apuesta industrial se ubica con fuerza en el polígono industrial Ciudad de Cádiz, su conversión en una capital dedicada al turismo, la cultura y el ocio, se concentra en su casco histórico, donde hay edificios y recintos a los que se les puede echar una 'pensada' y buscar usos más adecuados, relacionados con estas tendencias, de los que hoy tienen o de los que ya se prevén en el Plan de Ordenación Urbana. No se corre el riesgo de desaprovechar inversiones pues éstas aún no se han hecho realidad. Todo lo contrario, una 'pensada' a tiempo favorecerá a medio y largo plazo a la propia ciudad.

Diario de Cádiz analiza en estas páginas una quincena de operaciones urbanísticas de la ciudad, unas ya en marcha, otras a la espera de su ejecución, y plantea cambios en las mismas a fin de fortalecer la idea de capital del turismo, el comercio y el ocio.

La imposibilidad de conseguir inversiones de manera inmediata permite poner sobre la mesa proyectos ambiciosos a desarrollar a medio o largo plazo, como la propuesta de un Museo de la Historia de Cádiz. Son operaciones realizables por la simple circunstancia de que, muchas, necesitan tiempo para diseñarlas, por lo que ahora es el momento oportuno de ponerlas sobre la mesa para que la piqueta comience a trabajar cuando, dentro de unos años, los recursos así lo permitan. Y son operaciones ambiciosas porque hay tiempo para sacarlas adelante. Sin duda en época de bonanza económica alguna de estas ideas no hubieran salido adelante al ser esos tiempos de ejecución rápida y no reflexionada de proyectos.

Son ideas, también, que necesitan del consenso entre todas las administraciones públicas pues todas deberían de participar en su desarrollo. Los espacios urbanos tratados no son todos sobre los que se podría actuar. No se incluyen casos como los solares del nuevo Hospital Regional o el del albergue juvenil, proyectos que deben de mantenerse. Igualmente, se deja en el aire actuaciones en el muelle ciudad o los terrenos de la factoría naval, que merecen una reflexión a más largo plazo.

Muralla de Puerta de Tierra

Disponer de fortificaciones es un lujo para cualquier ciudad. Utilizadas de la forma adecuada se convierten en una atracción turística y cultural de primer orden. Hasta hace apenas una década Cádiz no ha sabido aprovechar este potencial, y aún ahora, con sus castillos con usos bien encaminados mantiene todo el frente de la Puerta de Tierra parcialmente desaprovechado, siendo como es, sin duda, una de las zonas con más potencial de la ciudad.

Asumiendo las obras que ya ha realizado el Ayuntamiento en las bóvedas de Santa Elena y San Roque, para dar cabida a los museos de Títeres y Litográfico, aún queda mucho por sacar adelante.

Desde una visión ambiciosa de la ciudad, que la prepare de la forma adecuada para las próximas décadas, se plantea la conversión del actual edificio del Palacio de Justicia en el MUSEO DE LA CIUDAD DE CÁDIZ.

Impulsada por el Ayuntamiento, esta operación necesitaría de la implicación esencial del Ministerio de Cultura y la Consejería de Cultura de la Junta, además de la cesión de edificio por parte de la Diputación Provincial. Es una operación a largo plazo por su elevado coste y, también, porque obliga a contar con el edificio ya sin usos y para ello hay que esperar a que se construya la Ciudad de la Justicia, proyecto paralizado por la crisis económica. Hay, así, tiempo suficiente para el diseño de este equipamiento que deberá de ser un referente para la ciudad.

El Museo debe huir de viejos modelos expositivos y apostar por un centro cultural dinámico y didáctico. Más allá de la muestra de objetos históricos (ya visibles en el Museo Provincial) el objetivo es ofrecer un recorrido por los tres mil años de historia utilizando los más modernos sistemas expositivos (maquetas, audiovisuales, recreaciones, etcétera). La amplitud del edificio permitiría contar con salas de exposiciones temporales, además de la siempre obligada tienda y cafetería.

Este apuesta ciudadana se completaría con una radical conversión de los usos del vecino baluarte de Santa Elena. Del mismo desaparecerían las actuales dependencias administrativas y privadas para ocupar los espacios pequeñas tiendas de regalos y tabernas. La amplia nave inferior (que en su momento se proyectó para museo cofrade) podría transformarse en un restaurante con una terraza con vistas al parque de la muralla.

Todo este espacio se completaría con la obligada reapertura del paseo superior de la muralla. En el torreón se habilitaría un centro de interpretación, cerrando los arcos con grandes ventanales lo que ampliaría el espacio expositivo y evitaría daños en el interior.

En cuando a las bóvedas de San Roque, se ampliaría el Museo Litográfico con otras dependencias relacionadas con la arqueología industrial, mientras que el baluarte del mismo nombre reforzaría su carácter hostelero recientemente iniciado.

Queda pendiente una apertura efectiva de los jardines del Pelícano, con una pequeña cafetería a ubicar bajo las escaleras de accesos, así como la instalación de mobiliario urbano y una zona de juegos infantiles.

Plaza de Sevilla

A escasos metros de la muralla de Puerta de Tierra, la plaza de Sevilla y su entorno completan un espacio esencial para la nueva proyección de la capital. El parón que sufre este plan, cuyo desarrollo se alarga ya durante décadas, permite una reflexión sobre sus usos. Fundamental es que se reabra el futuro del edificio de la Aduana. Los avances en el derribo de algunos edificios de la plaza y del arreglo de la terminal de 1905 dejan claro, si no lo estaba antes, la necesidad de demoler este inmueble cuya permanencia se debe más a un capricho político que al valor arquitectónico o histórico del mismo. En el caso de que se mantuviera la protección actual, tendría que plantearse un uso ciudadano al edificio, hoy de espaldas a la ciudad.

La Aduana, junto a otras dependencias públicas pendientes de nueva ubicación, ocuparían todas las parcelas destinadas a oficinas en la nueva avenida de Astilleros, habida cuenta que para la iniciativa privada existe actualmente una oferta que supera con creces la demanda.

La eliminación física de la actual Aduana permitiría la construcción de un gran aparcamiento subterráneo bajo la plaza. Hoy el Ayuntamiento apuesta por ocupar el subsuelo de la nueva avenida de Astilleros, pero lo ideal es contar con un estacionamiento en la misma puerta de entrada al casco histórico y no a distancias que puede llegar al kilómetro.

Depósitos de tabacos

Junto a las dos operaciones anteriores se pueden considerar que son operaciones de identidad para la ciudad, además de la del castillo de San Sebastián. Aquí no deben de existir prisas para definir lo que se quiere y cómo se quiere. La amplitud del suelo que ahora pasa a manos de la ciudad, el valor arquitectónico e histórico de los depósitos es de tal calado que bien vale pensarse bien lo que se va a hacer pues el beneficio que puede lograr la ciudad, si se saca adelante un proyecto adecuado, es incalculable.

Por lo pronto, la apertura en estos años de nuevos equipamientos culturales hacen rechazar desde un primer momento la conversión de los depósitos en un centro cultural único. Hay espacio para más, mucho más. Hay, sobre todo, espacio para la cesión de suelo para colectivos culturales gaditanos; hay espacio para atraer a nuevos o viejos artistas de todo el país que trabajen y vivan en la ciudad; hay espacio para actividades de barrio, exposiciones temporales, salas de audiciones. Como la propuesta del Museo de la Ciudad de Cádiz, es un proyecto costoso que, además, necesitaría de un equipo de gestión amplio y eficaz.

Su desarrollo, además, tendría un valor económico relevante para los barrios más cercanos, sobre todo si sale adelante el Hospital General y la nueva Facultad de Medicina.

San Juan de Dios-Canalejas

El acierto municipal en la remodelación de la plaza de San Juan de Dios no debería de limitarse a lo ya realizado, que es mucho. Hay que solventar ya una serie de 'defectos' en el diseño que afean el conjunto y que limitan el carácter peatonal que se ha querido dar a todo el recinto.

Por una parte, es fundamental el cambio de la obligada parada de taxis. Hay determinadas horas del día que en la zona se acumulan más de una docena de coches, superando el espacio asignado a estos vehículos. Teniendo en cuenta que esta propuesta plantea también la peatonalización de la avenida de Ramón de Carranza, lo ideal sería transformar la calle Lazaro Dou como aparcamiento para taxis que seguirían teniendo su salida por San Juan de Dios aunque ocupando sustancialmente menos espacio que actualmente.

Durante las obras de la plaza se ha comprobado que la ciudad ha seguido funcionando sin problema alguno a pesar de prohibirse el paso de coche en este tiempo por Ramón de Carranza. Lo que fue una medida provisional debe convertirse en definitiva, uniendo Canalejas a la trama urbana y creando así un gran paseo peatonal que necesitaría una reurbanización radical.

Aunque resulte más complicado, el Ayuntamiento debería de iniciar el proceso para reducir la presencia, en las plantas bajas, de tantas oficinas a fin de recuperar un frente urbano con cafeterías y locales comerciales.

Castillo de San Sebastián

El frente de Puerta de Tierra, Plaza de Sevilla, los Depósitos de Tabacalera y... el castillo de San Sebastián. Aquí hay una cierta necesidad de pensar con cierta rapidez lo que se quiere hacer a fin de evitar el deterioro del conjunto. Eso sí, hay que asumir que la inversión a realizar será elevada y que, al igual que los Depósitos, necesitará de un equipo gestor dinámico.

La amplitud de este equipamiento, descubierto por miles de visitantes las últimas semanas, permite ubicar en sus casamatas un Museo de las Fortificaciones y contar con espacio para exposiciones temporales. La Avanzada ofrece también la posibilidad de, en épocas de buen tiempo, plantear actividades al aire libre, más allá de los conciertos veraniegos. En cuanto al castillo, deben plantearse espacios para actividades dedicadas a los más pequeños, un centro de interpretación, así como locales de hostelería.

Escuela náutica

Una vez se concentren las nuevas dependencias de la administración en los edificios de oficinas previstas en la avenida de Astilleros, la Escuela de Náutica se presenta como el centro adecuado para acoger al Museo del Carnaval. ¡Qué mejor que junto a La Caleta y a pie del barrio de La Viña! Ello permitiría recuperar la antigua plaza de la Reina, en pleno corazón del barrio viñero.

Pero la amplitud de Náutica permite extender sus usos. Así, se propone la instalación en el complejo del Museo de la Prensa y la Imagen, uniendo a la propuesta presentada en su día por la Asociación de la Prensa de Cádiz un museo que acoja también la riqueza de los archivos fotográficos que guardan entidades públicas y privadas.

Los contenidos de ambos museos, presentados de forma similar al propuesto en la Audiencia, son especialmente atrayentes para el turismo foráneo.

Palacio de Recaño

Ocupado durante años por el Conservatorio de Música, su marcha a la Casa de las Artes deja libre un magnífico edificio que, en su zona más cercana a la Torre de Tavira se uniría a la oferta turística ya existente para ampliarla. El tramo que da al antiguo cine Andalucía se transformaría en viviendas sociales.

Escuela de danza

Queda libre su antigua sede en la calle Arbolí. Es un edificio amplio muy adecuado para la construcción de viviendas de protección oficial, especialmente al ubicarse en un barrio, San Juan, muy necesitadas de las mismas. En los bajos se ubicarían dependencias de servicios sociales comunitarios y la escuela de mayores ya existente.

Solar de Santa Ana

Traslado al mismo de la Residencia de Tiempo Libre. En la actual ubicación del mismo, espacio dedicado únicamente a uso hotelero privado.

Guardería Dora Reyes

Aunque el edificio ya está construido, y pendiente de apertura, la calle, muy oscura, no parece la más adecuada para la instalación de una guardería infantil por lo que se propone la instalación en el edificio de otros servicios sociales.

Solar de Subdelegación del Gobierno

Siguiendo con la idea de concentrar en la avenida de Astilleros los nuevos centros administrativos que quedan por levantar, se propone el traslado a esta vía de la nueva sede de la Subdelegación del Gobierno así como las dependencias que se iban a ubicar en el solar de la avenida de Andalucía-plaza de la Constitución. En su lugar se propone la construcción de viviendas de renta libre.

Balneario de La Palma

Aunque el trabajo que el Centro de Arqueología Submarina es muy eficaz, su ubicación no es la más adecuada. Estas dependencias se trasladarían a la Punta de San Felipe, completando los equipamientos lúdicos, comerciales y hoteleros que el Ayuntamiento ya ha diseñado para la zona y que se consideran adecuados. En el Balneario se ubicarían dependencias relacionadas con la playa de La Caleta de carácter cultural y turístico.