Los momentos emotivos se miden por la intensidad de la afección que profesan las personas hacia los prójimos, en este caso hacia Óscar González Esparragosa. El párroco saliente de San José el pasado viernes en su despedida comprobó que el trabajo de años se recompensa en segundos en forma de cariño.

Esta tarde a las siete y media, con una eucaristía, se inicia el nuevo proyecto en San Antonio.

"Tuve unas palabras de despedida en la toma de posesión del nuevo párroco de San José, pero todo de manera sencilla", comenta el padre Óscar con satisfacción momentos antes de iniciar su nueva andadura al frente de uno de los templos más longevos de la ciudad.

"No sé que es lo primero que haré una vez llegue. Cuando tome posesión me pondré al tanto de las tareas que realizan los grupos parroquiales y escucharé sus sugerencias", declara el sacerdote.

El hecho de llegar a una Iglesia de intramuros cambia por completo la circunstancia anterior respecto al número de feligreses. "San Antonio en lo que se refiere a feligresía es la décima parte de lo que es San José, hay muchas menos personas ", mantiene a la vez que aclara que pasará a estar en una zona con 2.000 personas aproximadamente. En San José calculaba que se encontraban unas 20.000. "Hay muchas pequeñas parroquias por el casco antiguo lo que hace que sea más difícil aglutinar tantos fieles", afirma al mismo tiempo que confiesa que esto es un aspecto que se notará en el plano económico.

La fachada de San Antonio presenta un estado de deterioro fruto del paso del tiempo aunque el nuevo párroco por el momento evita adelantar cualquier atisbo de posibles intervenciones pero sí muestra predisposición a "seguir conservando el patrimonio, tal como se ha venido haciendo anteriormente".

Una reforma que pende de una economía modesta, según aclara. "Se hará lo que se pueda, estaremos pendiente de que las instituciones ayuden, trabajaremos en conseguir restaurar la fachada pero somos conscientes de que hay una etapa de recortes en las administraciones y que no será posible tal cosa aún", garantiza con tono comprensivo.

"La labor principal será pastoral y evangelizadora sin duda alguna", asiente. En el momento de establecer prioridades para el sacerdote queda claro que lo primero será "la celebración del año de la fe a partir de octubre". Otro de los puntos clave para Óscar consistirá en "la atención a los necesitados" ya que comprende que "hay personas que precisan urgentemente ser atendidas".

La ilusión y la esperanza se erigen como sus principales avalistas en esta incipiente etapa tal como él mismo reconoce. Los jóvenes como en su anterior etapa también contarán con un peso importante en la vida parroquial, "me consta que hay grupos que se mueven con las cofradías, cualquiera debe abrirse a los jóvenes , tienen las puertas abiertas".

Uno de los temas espinosos con los que se encontrará tiene relación con una de las hermandades de San Antonio, la polémica suscitada por la procesión del Resucitado que lleva años sin visitar la Catedral y procesiona por la tarde. "Atenderé a la cofradía con empeño, aunque he hablado con ellos y no me han traslado querer cambiar la hora de salida, escucharé las peticiones", asegura.