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Sagrada cena

Cuando el calor humano supera al ambiental

  • Aplausos y saetas a un cortejo exquisito que sufre de cerca la crisis económica

Reencuentro eucarístico desde el convento de Santo Domingo. La Sagrada Cena renovó ayer su voto por las cosas bien hechas, con gusto y cuidando cualquier tipo de detalle. Hasta para hacer frente a la protesta del grupo de parados que está encerrado en un local del convento, la hermandad, con su director espiritual Pascual Saturio al frente, actuó con solidaridad, respeto y paciencia.

La hora que marca en el itinerario cada año la salida de la Sagrada Cena es un punto que acapara la atención de los cofrades al ser una hermandad esperada. El crecimiento de la corporación de la que es hermano mayor Adolfo Vigo resulta incuestionable, empezando por el número de nazarenos -en esta cofradía no hay crisis de capirote- y acabando por  la puesta en escena del cortejo.

Absoluto control de la situación por parte del mayordomo, José María Caro, antes de entregar la procesión al fiscal. Caro preparó con esmero el protocolo para que todo y todos estuvieran en su sitio. Un lujo contar con un director de orquesta que está a la altura.

En las palabras de Pascual Saturio, dirigidas a los hermanos, se pidió por los parados que están encerrados en el convento, si bien el dominico posteriormente hizo hincapié en la necesidad de "orientar a esas personas" que viven una situación que él mismo le recordó a la alcaldesa en la visita matinal que realizó al templo para ver el paso de la Cena.

Pocos minutos después de las cinco de la tarde, el único paso de la hermandad se alzó sobre los hombros de los cargadores para que el capataz Juan Antonio Gomila dirigiera con éxito una maniobra muy compleja por la estrechez de la puerta y la empinada rampa que conduce del interior del templo a la calle.

Si emocionante fue que el enorme paso recibiera la luz del sol entre los aplausos de un barrio entregado, no menos resultó que apenas diera tiempo de bajarlo por primera vez cuando se arrancó una saeta dedicada al Señor. Pronto será María Santísima Reina de Todos los Santos la que  protagonice ese derroche de fervor.

Las marchas Yo soy el pan de vida y En tu Santa Cena permitieron que el paso atravesara el Compás de Santo Domingo hasta acceder a la calle Sopranis. El calor humano superaba al ambiental, que también era notable a esa hora, para que el un año más se repitiera la institución de la Eucaristía.

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