El arquitecto Francisco Márquez Pedrosa ofreció a los ciudadanos la posibilidad de realizar una visita virtual a las obras del Ayuntamiento durante la conferencia que en la tarde del pasado martes ofreció en el seno de la Real Academia de San Romualdo. Plano a plano, planta a planta y foto a foto, el responsable de la dirección facultativa de la rehabilitación, mostró a los asistentes a esta ponencia que se desarrolló en el Centro de Congresos el interior del Palacio Consistorial y los pormenores de las obras que se han llevado a cabo. Enseñó lo que había, lo que se ha proyectado y lo que se ha hecho... Incluso advirtió del impacto que para muchos podían suponer las fotografías que se mostraron acerca de los trabajos de demolición que se han desarrollado en el interior de este histórico edificio para desprenderse de todos los elementos no originales, de todos los elementos añadidos con el paso del tiempo.

Ha sido -reconocía a este periódico el arquitecto, que también tuvo a su cargo la rehabilitación del Teatro de Las Cortes- uno de los grandes problemas que ha tenido el Ayuntamiento isleño, su "inacabamiento". "Eso obligó a reutilizar espacios que eran originalmente monumentales, que quedaron relegados a una escala doméstica y desmerecida", afirma. De ahí la importancia que han tenido los trabajos de demolición que han ocupado buena parte de este primer año de obras, que se acaba de cumplir hace apenas unos días y cuyas imágenes tanto impactan. El edificio "se ha limpiado", afirma. Ahora de lo que se trata es de volver a esa escala monumental que tenía en sus orígenes, la que pensó Torcuato Cayón y la que aspira a mostrar cuando acabe la intervención a mediados de 2018. Aunque -según uno de los datos que ofreció durante su intervención- "el porcentaje de muro nuevo no llegará a suponer un 10% del total".

El edificio consistorial "se ha limpiado" para eliminar todo aquello que no era original

No es un proyecto fácil, reconoce Francisco Márquez. "Es un trabajo difícil y polémico", constata. De hecho, ayer quiso dedicar la conferencia que ofreció en la Academia de San Romualdo al ex alcalde Antonio Moreno -que estaba presente en el auditorio- y a las corporaciones municipales que habían luchado durante años para que el proyecto de rehabilitación fuera una realidad tras más de una década (el concurso de ideas que ganó Alt-Q con su proyecto se remonta a 2005).

El propósito de la intervención, recordó, "es incorporar el Ayuntamiento al conjunto urbano, a esos pasajes que le daban una dimensión pública: la calle Real, la plaza del Rey, el Mercado...".

La actuación, aclaró, plantea ante todo un problema técnico a resolver. De ahí que en este primer año de obra -además de los trabajos de demolición- se haya centrado en trabajos de consolidación de estructuras, de cimentación, de reparación de forjados y de ejecución de nuevos forjados en la planta técnica. Una intervención que no resulta demasiado vistosa para la ciudadanía pero que es indispensable para garantizar la seguridad del edificio. "Ahora queda terminar la cimentación y trabajar en la estructura para empezar con los acabados", explica. Será entonces cuando el edificio empiece a mostrar nuevamente su esplendor, cuando comience a brillar el trabajo que se está llevando a cabo.

Aunque el proyecto plantea también otras complicaciones técnicas a las que este arquitecto se refirió durante la conferencia que ofreció en el Centro de Congresos. Una en las que más insistió era el reto que supone adaptar un inmueble histórico -Bien de Interés Cultural- con instalaciones, redes y sistemas de climatización que garantizan el confort propio de unas dependencias administrativas actuales, algo -admitió el arquitecto- que siempre tiene difícil encaje en este tipo de edificios. Para ello habrá precisamente plantas técnicas en la parte superior y en el sótano. De lo que se trata, en definitiva, es "de hacer moderno un edificio contemporáneo del siglo XVII". Ese es, de hecho, el próposito de la rehabilitación.