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Otra lección de ciencias del IES Botánico

  • El centro isleño revalida su éxito en el certamen para jóvenes estudiantes Exporecerca, donde consigue tres premios con 'Lagarto, lagarto', un trabajo sobre la tensión superficial

Cinco veces ha ido el IES Botánico al certamen científico internacional para jóvenes estudiantes Exporecerca que se celebra cada año en Barcelona. Y en las cinco ocasiones ha regresado con la maleta cargada de premios. Su presencia en esta feria de las ciencias que convoca Magma -Asociación para Promover la Investigación Juvenil- con la ayuda de importantes patrocinadores es todo un clásico. Y el particular estilo gaditano de sus presentaciones en rima, al más puro estilo de un romancero, en las que se combina el ingenio, el humor y la creatividad para ilustrar sesudos conceptos de la física le ha valido no pocos aplausos y reconocimientos a este instituto isleño allí en tierras catalanas, donde -hay que admitirlo- no deja de sorprender la manera que tiene de meterse en faena con la ciencia.

Los alumnos de cuarto de ESO Aina Goiriz Moro, Andrea Moreno Cabrera y Pedro Vázquez Bernal, bajo la batuta del profesor Miguel Sánchez, que es en realidad el alma mater de todos estos trabajos de ciencias, fueron en esta edición de Exporecerca los encargados de representar al instituto isleño y de dejar el pabellón bien alto. De Barcelona regresaron con tres premios: el tercero del certamen en sí, el premio Ciencia en Sociedad y el premio Ciencia en Acción. Todo un récord. Y todo un reconocimiento que vuelve a poner de manifiesto la mejor de las caras de la educación, de la enseñanza pública, de la vocación docente... y, por supuesto, de la ciencia.

Cinco veces ha participado el centro en la feria y en todas ha conseguido premios

Lagarto, lagarto es el título que, en esta ocasión, Miguel Sánchez y sus alumnos han dado al trabajo en cuestión. Porque la cosa, en esta ocasión, va de bichos. Concretamente, del lagarto basilisco, muy parecido a la iguana, que gracias a la velocidad que imprime a sus patas consigue literalmente andar sobre el agua. De ahí que popularmente se le conozca también como largarto Jesucristo. Alguna vez, seguro, lo habrá visto en la televisión o en internet... Pero, ¿se ha preguntado por qué es capaz de hacerlo?

Los tres alumnos del IES Botánico sí lo han hecho. Y no solo se han conformado con la respuesta en la teoría -la velocidad que consigue imprimir el basilisco a sus patas no da tiempo a que se rompa la tensión superficial del agua- sino que también, siguiendo un método puramente científico, lo han demostrado. Y al no tener uno de estos especímenes a mano no han tenido más remedio que echar mano a un simulador: un pequeño robot al que han bautizado como robotsilisco que reproduce los movimientos del lagarto original hasta el punto de que, efectivamente, se consigue que ande sobre el agua de una piscina infantil. Aquí ha sido clave también la implicación de otro de los docentes del centro, Antonio Herrera, profesor de Tecnología que ha ayudado a dar forma a esta singular puesta en escena. Con el robot y con el resto de maquetas y artilugios made in Botánico que arropan las presentaciones de los alumnos. En este caso, por ejemplo, se ha elaborado una que es capaz de medir la tensión superficial. Y entre una y otra demostración práctica que aderezan la teoría en verso se consigue ahondar en el fondo de la cuestión: el concepto de la tensión superficial.

En esta presentación -recuerda también Miguel Sánchez- ha sido fundamental el trabajo desarrollado por otros alumnos que también han participado en el proyecto aunque no fueron a Exporecerca: Pilar, Rafa, Alicia, Luis y Marta. "La clave es siempre el envoltorio", explica este profesor de física. Hay que hacer que la ciencia sea atractiva para los alumnos y vincularlas a cosas que ellos conocen. "Es fundamental que se pregunten esto por qué pasa, por qué es así... La curiosidad es algo intrínseco a la ciencia", reconoce. Y despertar esa inquietud es un trabajo que se toma muy a pecho. All is physics, dice. Es, prácticamente, el lema que Miguel Sánchez suele repetir en la clase.

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