ES lo más parecido a la vida, quizás porque es un espejo, ¡un espejito mágico!, que nos devuelve nuestros vicios y virtudes. En reflexión continua, en eterno proceso, encadenando preguntas más que señalando respuestas. El teatro. Ése es el teatro. El que nos mueve y nos conmueve. El teatro como atril de la palabra, como evolución del fuego alrededor del que los hombres se sentaban a contar historias tan viejas como el tiempo. .. Y es tiempo. Tiempo de teatro en Cádiz, hoy tiempo de FIT mañana tiempo de Tenorio. Y hay que abrazarlos, sin remedio, en la ciudad de la máscara. Y el caso es que no, que no ocurre, al menos, no con toda la intensidad que debiera en un pueblo que ha hecho de la tragicomedia su forma de vida. El teatro nos espera, paisano, para contarnos, aunque no lo crea, quiénes somos o quiénes fuimos. Con diferentes lenguajes y vestidos. Seguro que alguno entiende, seguro que alguno le sienta bien. Créame.

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