El Museo del Títere y el Espacio de Creación Contemporánea (ECCO) son, un año más, los últimos de la fila. Ni el centro de las bóvedas de Santa Elena ni el espacio erigido en los antiguos cuarteles de Carlos III parecen encontrar su lugar en el corazón de gaditanos y foráneos que prefieren visitar otros enclaves de gestión municipal como el Castillo de Santa Catalina, el Museo de las Cortes o el centro cultural Reina Sofía, entre otros .

En el caso del Museo del Títere (que vuelve a perder visitantes, 774, entre 2015 y 2016) nos encontramos con un equipamiento anclado en el tiempo, exactamente, anclado en la primera fase del proyecto, mucho más ambicioso, que se preveía para este espacio. Ni rastro de los títeres y enseres de la actual compañía de La Tía Norica, ni rastro del centro de documentación y ni rastro de la ocupación completa de los 1.500 metros cuadrados útiles con los que cuenta este centro cultural del que sólo se puede visitar la primera planta.

Hay que optimizar el sistema de conteo de entrada en el ECCO, según el Ayuntamiento

Sólo la colección de Títeres del mundo -adquirida por el Ayuntamiento en 2008 a Ismael Peña- habita en el Museo del Títere desde mayo de 2013, su tercera y definiva apertura tras una primera inauguración de sus paredes y una segunda como sede de exposiciones en el Bicentenario.

A esta escasa oferta de contenido se suma la nula señalización de la piezas, que apenas cuentan con leyendas que adviertan de su importancia, ni con rótulos que contextualicen la visita, ni con llamadas a otros dos espacios de la ciudad que completan el mapa de la historia de Cádiz con el títere -inexplicable también que no se aúne todo en un centro- como el Teatro del Títere y el Museo de Cádiz donde se encuentran los títeres originales de La Tía Norica.

Y aunque aún no hay noticias sobre el traslado de la compañía de títeres a la planta baja del Museo, desde el Ayuntamiento de Cádiz sí se expresa la voluntad de mejorar la oferta de este centro cultural y adelantan que durante el primer semestre de este 2017 "está previsto realizar una tercera fase de este proyecto, que es el diseño gráfico del espacio físico".

Así, la intención es la de "mejorar" el diseño museográfico "realizado por la compañía La Tía Norica" con el objetivo "de integrar también documentación e historia en ese espacio". En este apartado se contempla la inclusión de textos en vinilo en las paredes para proporcionar una mayor información, tanto histórica como de documentación, a los visitantes, algo de lo que adolece el espacio.

"Una vez se decida el tema del diseño, se procederá al montaje de todo", explican fuentes municipales incluyendo en esta redecoración la colocación de las 33 vitrinas de diferentes características y dimensiones que se han comprado durante 2015 y 2016 -respondiendo al compromiso de su adquisición por el equipo de Gobierno anterior en 2014- en dos fases debido "su elevado coste dadas sus características".

Y si el Museo del Títere ha sido visitado durante 2016 por 14.532 personas, es el Espacio de Creación Contemporánea (ECCO) es el que lidera el ránking de los equipamientos culturales municipales menos visitados durante el pasado año con 14.244 visitas, 920 entradas menos que en 2015 cuando atravesaron las puertas del edificio frente a la Alameda Apodaca 15.164.

Y a sus puertas, a su mejorable control, parece achacar el gobierno municipal parte de la culpa de estos resultados negativos. "El ECCO tiene una puerta pero tres accesos diferentes para entrar en el recinto aunque los conserjes sólo están en uno de ellos", explican fuentes municipales que también aseguran que para este año 2017 "se quiere mejorar el sistema de conteo" del centro pues consideran que "el número de visitas es más elevado que el que se ha registrado".

Pero las malas cifras de este espacio rehabilitado e inaugurado en 2012 y que un año después se convirtió en sede de la colección de Costus del Valle de los Caídos, pueden responder también a otros motivos como que su contenido, hasta ahora dedicado al arte contemporáneo en exclusiva, no termina de conectar con el público de Cádiz.

Cabe recordar que sólo durante sus tres primeros meses de vida más de 9.500 personas quisieron conocer el nuevo espacio de la ciudad pero este interés, que volvió a repuntar con la inauguración de la coleccion de Costus, decayó de nuevo.

También han ido perdiendo protagonismo la pareja artística autora del Valle de los Caídos pues, a excepción de las visitas guiadas nocturnas puestas en marcha durante este verano que incluían un recorrido por la muestra, poco se ha innovado en programar alrededor de la colección que también está ya huérfana de los objetos personales que durante los primeros años prestaron las familias de Juan Carrero y Enrique Naya.

Sí se intentó durante este verano reactivar la actividad del centro mostrando las obras de arte contemporáneo adquiridas por el Ayuntamiento en años pasados, y que hasta entonces andaban desperdigadas por diferentes dependencias municipales, las visitas nocturnas y conciertos a las puertas de su sede organizados por la asociación Músicas del Sur, que junto a Planeta Cádiz tienen residencia en el ECCO.

Desde el Consistorio, también recuerdan que "se están desarrollando diversas actividades en el ECCO con el fin de dinamizar el espacio y se va a continuar en esa línea". Así señalan el taller que impartirá el artista José Alberto allí, "y que va a congregar a numerosas personas". También adelantan que uno de los objetivos marcados para este año es acoger "a más colectivos" en el ECCO por lo que se hará una campaña de comunicación dirigidas a estas entidades que aún no tiene fecha prevista.