El quinto trabajo de la cooperativa Teatro del Barrio tiene como protagonista a un rey que se llama Juan Carlos I. Una ficción que se parece mucho a la realidad, qué ficción no, sobre un hombre que en el epílogo de su vida cae de la cima al sótano. Es Alberto San Juan, el actor, sí, pero también el director y dramaturgo, quien idea una obra en la que se reencuentra con algunos compañeros de Animalario -Javier Gutiérrez, Luis Bermejo, Willy Toledo en otras representaciones- y con una parte de la historia reciente de nuestro país a la que coloca en la sala de interrogatorios.

-¿En 'El Rey' se ofrecen otras respuestas o más bien se plantean otras preguntas?

-Se plantean otras preguntas. Lejos de mí la intención de ofrecer una verdad alternativa de nadie. Mi mayor aspiración sería contribuir a hacer circular herramientas útiles para el pensamiento crítico, y el pensamiento crítico, por definición, cuestiona la verdad oficial. Y en el caso de este país, además, la verdad oficial es, especialmente, estrecha y oscura.

-¿Cómo fue el proceso de investigación sobre el personaje? ¿De qué fuentes bebió?

-De muchas lecturas, de muchas conversaciones... Digamos que fue el proceso del esfuerzo personal que supone la voluntad de estar informado en este país, porque la literatura más abundante y los mensajes más mayoritarios en los medios de comunicación tienen esa verdad a la que nos referíamos como verdad oficial.

-¿Ha habido en este país como una especie de pacto de silencio entre medios de comunicación y monarquía?

-Sí, desde luego, había un pacto de silencio que la propia monarquía, con sus actividades, reventó. El pacto de silencio reventó a partir del viaje del Rey a Botsuana para cazar elefantes, mientras aquí se multiplicaban los desahucios, y del descubrimiento de que Urdangarin y la infanta Cristina tenían una empresa que se utilizaba para defraudar y robar. Con esto, los propios medios de comunicación no tuvieron más remedio que aceptar que la propia monarquía había roto el pacto de silencio. Luego pasó una cosa, Juan Carlos I nunca criticó la dictadura, todo lo contrario, alabó la dictadura y a Franco, y Felipe VI nunca ha dicho nada al respecto, entonces, resulta muy extraño tener un Jefe de Estado que no es crítico con la dictadura que tuvo al país secuestrado durante 40 años. Pero una cosa que es objetiva, que no es que lo diga yo, es que la Transición incluyó un pacto de silencio con los crímenes del franquismo en forma de ley, la Ley de Amnistía del 77, y en forma de ocultación de información. Algunos valoran esto como algo positivo para la estabilidad del país y otros lo valoramos como algo muy negativo, negar información siempre es negativo, creo yo.

-¿De aquellos polvos vienen estos lodos? Y como lodos me refiero a las trabas para la aplicación de la Ley de Memoria Histórica.

-Exacto. Incluso habiendo conseguido tener una ley, que por limitada que sea Zapatero fue el único que se decide a hacerla, ni siquiera se cumple y, es más, el Partido Popular la deroga de facto al suprimir los fondos económicos para hacerla posible, con lo cual se niega la memoria histórica en este país.

-Y después de tanto visto, ¿podría decirme quién es Juan Carlos de Borbón?

-Él, personalmente, ni lo sé ni me importa. Él, como figura pública, creo que ha sido una pieza fundamental de un sistema, el de estos últimos cuarenta años, el de la democracia posfranquista, del cual se pueden decir muchas cosas pero, lamentablemente, también se puede decir que ha sido un sistema caracterizado por la corrupción, el robo y la desinformación, y en eso tiene mucho que ver Juan Carlos, o eso creo yo. Y no es que la obra afirme esto, la obra no es una exposición de mis ideas y pareceres, la obra es un acercamiento crítico y teatral a Juan Carlos y su reinado.

-¿Y existe un posicionamiento sobre la monarquía como institución?

-En la obra no. Yo lo tengo. Soy republicano. La obra pretende no ofrecer verdades cerradas pero personalmente la monarquía me parece una aberración incompatible con la democracia.

-¿Quién hizo más daño a la cultura, "la homologación de la cultura como fiesta" que propició el PSOE, tal como apuntaba Sánchez Ferlosio en aquel artículo de 'La cultura, ese invento del Gobierno', o la muerte por asfixia por la que parece optar el Partido Popular?

-No soy un conocedor de las políticas culturales del PSOE y PP en los últimos cuarenta años pero sí soy un damnificado de la profunda incultura promovida desde los sucesivos gobiernos. Solo hay que ver televisión española. Y es muy grave el atentado contra el derecho que caracteriza nuestro tiempo.