María Adánez es, junto a Cristina Marcos, una de las protagonistas de La escuela de la desobediencia, que se representa este sábado en el teatro Pedro Muñoz Seca de El Puerto de Santa María. A pesar de su juventud, la actriz tiene tras de sí una sólida carrera que en los últimos años se ha centrado en el teatro.

-Comenzó a trabajar en el cine a los seis años. ¿Cómo llegó al mundo de la interpretación tan joven?

-Casualidades de la vida, a través de un amigo de mis padres, que era operador de cine. Necesitaban una niña de esa edad, tenían ya una actriz que les falló y ahí llegué yo. El director me hizo una prueba y así empezó todo.

-En su caso la tradición familiar resultó al revés, su madre (la maquilladora y ganadora de un Goya Paca Almenara) entró en el mundo del cine a raíz de llevarla a usted a los platós.

-Sí, es curioso porque mucha gente piensa que fue al revés, que es lo más habitual. Mi madre, por cierto, es de San Fernando y nosotros hemos pasado muchos veranos en El Puerto, en la playa de La Puntilla.

-Lleva casi 30 años en el mundo de la interpretación. ¿Hay que tener algo de suerte o es cuestión de trabajo y tesón?

-Pues lo has resumido perfectamente, los tres factores son necesarios, el trabajo, el tesón y también la suerte. En esta profesión a veces se pasan malos momentos, es una carrera de fondo y se necesitan de vez en cuando golpes de suerte.

-Usted se hizo tremendamente popular a través de la televisión. ¿Cree que se hace una televisión de calidad en España?

-Si te refieres a series de ficción sí, por supuesto, hay series estupendas y otras que están por venir. La señora me parece una serie maravillosa y algunas que están por llegar, como Isabel, creo que va a ser espectacular. No las veo todas pero me gustan mucho Cuentamé, Águila Roja... estamos en un momento de gran creatividad.

-Imagino que para los actores la televisión es una buena cantera de trabajo.

-Sí, porque la industria audiovisual en España no es tan grande como quisiéramos y la televisión es un trampolín para muchos actores, bendita televisión, de ella ha salido mucha gente joven que se han convertido en magníficos actores.

-Ahora está centrada en el teatro y de gira con 'La escuela de la desobediencia'. ¿Qué destacaría de esta obra?

-Pues es una obra muy especial, porque es algo que no existía como obra de teatro. Es un invento del productor Andrea D' Odorico, el director Luis Luque y el dramaturgo Paco Bezerra sobre textos libertinos del siglo XVI, el texto está basado en novelas dialogadas y lleva detrás un gran trabajo de elaboración. El proyecto me cautivó y está funcionando muy bien, además tiene precioso vestuario de Paco Delgado, una factura impresionante y una exquisita delicadeza.

-Usted llegó a los papeles dramáticos en teatro de la mano de Miguel Narros. ¿Qué supone para una actriz trabajar con profesionales de su talla?

-Aunque yo ya había hecho teatro antes, Miguel fue quien me dio la oportunidad de hacer papeles dramáticos. Yo en ese momento estaba en pleno éxito de la serie Aquí no hay quien viva y me ofreció un personaje enorme, el de Salomé. Eso fue un giro para mi carrera porque me abrió la puerta a otro tipo de papeles.

-¿Nota diferencia entre los aficionados de unas y otras zonas de España por donde va de gira?

-Sí, eso da para hacer un estudio sociológico. Incluso dentro de Andalucía no es lo mismo el público de Jaén que el de Sevilla o el de Cádiz. En general es un gustazo ir de gira por toda Andalucía, pero Cádiz es mi debilidad, el público especial, aunque reconozco que no soy objetiva.

-Tras esta gira, ¿tiene algún nuevo proyecto profesional a la vista?

-Sí, es otro proyecto de teatro, esta vez con Josep María Flotats. Se estrenará en octubre pero poco más puedo desvelar por ahora.

-Hace poco rodó un cortometraje dedicado a su padre, titulado '5ºB. Escalera derecha'. ¿Le ha picado el gusanillo para dirigir algún otro proyecto?

-Es algo en lo que quiero ir muy poco a poco. Es dificilísimo dirigir y lo hice con una profunda humildad, como homenaje a mi padre. He sido muy feliz con este proyecto y me he sentido muy arropada por todo el equipo, además amadrinada por Carmen Maura, que es la protagonista. A lo mejor es algo que me vuelvo a plantear en el futuro, pero lo digo con la boca pequeña.