Hace 11 años, millones de españoles asumieron la mirada de la familia de Miguel Ángel Blanco, el joven concejal de Ermua secuestrado por ETA y asesinado poco después de un tiro en la nuca. La catarsis colectiva generada por la barbarie liberó a una sociedad coaccionada hasta entonces por la dictadura del terror.

Con este precedente, el comisario de la exposición Antxón Urrusolo, periodista de la cadena pública vasca ETB, ha señalado que el proyecto comenzó en 2004 en París y que, sobre la base de 20.000 archivos gráficos, se escogieron fotografías que giraran en torno a la realidad de la víctima, al entorno en el que viven, a su dolor y a la justicia que reivindican.

Según Cristina Cuesta, en representación de la Fundación Miguel Ángel Blanco en este acto, este proyecto busca acercar a los ciudadanos "reivindicaciones básicas de las víctimas como son la memoria, la justicia y la verdad". La exposición pretende ser un "proyecto pedagógico y de compromiso futuro", según Urrusolo, un trabajo de "reflexión sobre el sentido del sufrimiento".

La muestra está articulada alrededor de una serie de fotografías comentadas por escritores e intelectuales españoles e internacionales que reflexionan sobre imágenes que describen el horror del terrorismo, la soledad de las víctimas y el significado de su sufrimiento pero también de solidaridad y de esperanza.

La muestra permanecerá en Cádiz un mes en el Centro Cultural El Palillero.