Cultura

Los fondos de Diputación dialogan con el legado del Museo de Cádiz

  • La obra de prestigiosos artistas del panorama contemporáneo nacional e internacional de la institución provincial se enfrenta a las piezas más emblemáticas de la pinacoteca

La obra 'El ojo del dragón' de Andrea Moccio.

La obra 'El ojo del dragón' de Andrea Moccio. / jesús marín

El arte se magnifica, se retroalimenta, se reinventa, se visualiza de otra manera en la nueva propuesta que desde hoy se expone en el Museo Provincial de Cádiz. Los fondos de la prestigiosa colección de arte contemporáneo de la Diputación de Cádiz se funden con la piezas más emblemáticas de la pinacoteca provincial en el singular diálogo que se produce en cada una de sus salas. Una conversación entre grandes artífices de todos los tiempos como son Zurbarán versus García Alix; Fontcubierta , Pérez Villalta y Pedro García Romero frente a la pomposa escultura romana o Antonio de Felipe al cobijo del gran Murillo.

Un total de 62 obras de 58 autores se posicionan estratégicamente, sugiriendo, emocionando e incluso mimetizadas en las salas. A veces en contraste y otras complementando su contexto, tal y como explicaron bajo la colosal escultura de Trajano que impera en el patio del Museo los representantes políticos de las administraciones que organizan la exposición. A su sombra y junto a la llamativa pieza de Francisco Almengló, una mesa de color rojo con restos decristal esparcidos: Desastre controlado, presentaron la muestra el delegado territorial de Cultura, Daniel Moreno, y el diputado de Cultura, Salvador Puerto, que se acompañaban del director de la pinacoteca, Juan Alonso de la Sierra, y los comisarios, Miguel Ángel Valencia y Eduardo Rodríguez.

Ambos pusieron de manifiesto la fructífera colaboración entre administraciones, que ya se produjo en 2009 en una muestra similar, en la que puede considerarse como la antesala de la exposición que hoy acoge el Museo.

El recorrido, guiado por los comisarios, arranca precisamente en la sala de prehistoria, nada más poner un pie en el museo, en una sugerente panorámica entre las creaciones artísticas primigenias y hallazgos de la cueva del Tajo de las Figuras con la representación del Fuego de Chema Madoz o el telar de Teresa Lanceta. En este primer espacio también se exhibe el primer cartel del Certamen de Aduana -del que se nutre en buena parte la exposicón-, en el que Julilo Fuste, recientemente fallecido, representa la fachada de la Diputación, "con lo que le hacemos un homenaje", explica Eduardo Rodríguez.

El circuito también integra el último, de Lazario, e incluye originales enfrentamientos como una obra muy étnica sobre el Joven fararón y su esposa de Maximiliano Jurado, expuesta junto a los hallazgos de la punta del Nao. A su lado, sobre los sarcófagos, puede verse la obra en parafina y cera de Gerardo Sigler.

En el siguiente espacio, la sala dedicada a Roma, con el gran mosaico de una domus en su epicentro, se alternan grandes piezas de autores como José Piñar, Antonio Rojas, Ming Yi Chou y Pedro García Romero, "donde vemos el aura de una mujer vestida de hombre, procedente del primer certamen de Aduana", explica Valencia de la pieza que parece posada sobre la escultura de Los silenos.

Así, entre las imprescindibles del recorrido está el homenaje que el prestigioso Fonctuberta hace en gran formato al cuadro El origen del mundo, de Gustave Courbet. Se trata de un fotomontaje que reproduce una imagen del famoso cuadro a partir de miles de fotografías capturadas de Google, explica Rodríguez. Pero entre las más sorprendente delicias está la serie que el fotógrafo García Alix hizo a Camarón, que luce en el centro del gran conjunto de Zurbarán de la Cartuja, destacando "el juego de manos de los monjes y Camarón", apuntan. Junto a La Porciúncula de este autor del siglo de Oro español se encuentra Manigueta por el mundo, de Miguel Ángel Valencia, formando un curioso contraste.

Y si Zurbarán acoge a García Alix, Murillo hace lo mismo con El buen pastor de Antonio de Felipe, uno de los referentes del arte pop, en una estampa única entre la oveja de Norit y el legado del homenajeado pintor de barrocol en su año.

De la argentina Andrea Moccio destaca El ojo del dragón, en la que deconstruye en el suelo unas páginas amarillas argentinas, "del año del Corrralito", asevera Eduardo Rodríguez.

Ya en la sala del XIX se observan asimismo otras conversaciones entre Daniel Sueiras y su Rem 4, con su escena costumbristas de echar la siesta, junto al famoso cuadro de Azotea gaditana y Rendido de trabajo. Una conversación a la que siguen otras como la de la grandiosa obra de la proclamación de las Cortes del Museo, que aparece en perfecta consonancia con la obra al monumento de la Pepa de Hernán Cortés, entre otros encuentros protagonizados por grandes artistas de la talla de Lauro Montero, Eduardo Sanza, Rafael Zapatero, Luis Quintero, MP & MP Rosado Juan Ángel Garcia de la Calle, etc.

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