Cultura

El espíritu alegre de Gato Frías se contagia desde la Galería Benot

  • Susana Díaz de Vivar inauguró ayer la muestra 'Sobrepretextos', integrada por una veintena de piezas con las que da respuestas a todo cuanto se ha preguntado en la vida

Susana Díaz de Vivar Gato frías pinta la vida tal y como lo ve y como se ve en ella. Ella misma se refleja en su obra y extrae de sus adentros todas las respuestas positivas que ha encontrado recientemente, en la galería Benot, donde ayer inauguró su muestra bajo el título de Sobretextos.

Cuenta la artista nacida en Madrid, criada en Cádiz, con madre española y padre de Argentina, donde regresó en su juventud y donde vive todavía, que en la búsqueda constante de la verdad, y a raíz de una dura experiencia vital, tuvo la suerte de conocer a un chamán que dio un vuelco a todo lo que conocía hasta aquel momento. "He visto cosas maravillosas, sin alucinógenos, sólo con el sonido de un tambor". Una persona que canalizó su energía y la convirtió en positiva, "porque la magia no existe, sólo las personas que manejan las energías". Así fue como Gato Frías encontró las respuestas que buscaba, "no todas, pero sí muchas". Y las pintó, en forma de escenas cotidianas, de amor, de llantos, paseos, juegos de niños, paisajes hermosos del Mediterráneo y los pueblos blancos de la Sierra gaditana, del mar, el cielo, el agua, la naturaleza, los animales... De todo cuanto forma parte de ella misma, porque "no hay mejor manera de protestar que crear belleza". "No podemos olvidar que la belleza existe -añade-, que está dentro de nosotros mismos y que hay que sacarla, y querer a los demás y contagiarla".

Su obra dio un giro a raíz de un capítulo personal en el que conoció a un chamán

Y no cesa en este empeño, sin duda, en la manufactura de cuadros colmados de pulcritud, pureza, color y miniaturas, de decenas de historias, de modo que en cada tramo de la obra cuenta más de una. "Soy una contadora de historias y de un pedazo de cuadro puedes sacar otro cuadro", explica.

Reconoce la veterana autora, que su pintura dio un vuelco estéticamente hablando, a raíz de este capítulo personal que padeció hace cuatro años. Una experiencia que le ha impulsado a celebrar sus "bodas de plata con la pintura", asevera de esta pasión por el arte, "por expresarme a fin de cuentas, pues no puedo parar de hacerlo". Y de contar "a los demás que hay más cosas de las que vemos, que no se ven, pero que son importantes, lo que ocurre es que vivimos en un mundo materialista".

Por eso sus pinturas parecen salidas de un cuento, aunque ella misma se refleja en ella, con historias de verdad, de pequeña, vestida de amarillo, y de mayor, de naranja. "Me pinto a modo de mujer aparentemente más joven que yo, pero me siento muy joven pese a que tengo cuatro hijos y nueve nietos", asevera.

Para ella regresar a la ciudad que la vio crecer para exponer su última producción significa mucho, "pues amo Cádiz y siempre la tengo en mi corazón". "Más aún en la Galería Benot, con Rafael y su familia, que son personas maravillosas", puntualiza. Cuenta que a los 20 años decidió volver a Buenos Aires, en busca de sus raíces, "y allí descubrí que era libre, la variedad de pensamiento, que es lo que me gusta, es un país muy republicano-democrático, algo que me encanta. Por eso me quedé allí y formé mi familia", responde la autora.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios