Cultura

Wenders y Bono, en el centenario del nacimiento de Balthus

  • El pintor polaco, desaparecido en 2001, habría cumplido cien años el pasado viernes

El pintor Balthus habría sido centenario el 29 de febrero, ese día que aparece y desaparece del calendario. Un aniversario que recordaron su viuda, Setsuko Klossowska, y numeroso rostros del mundo de la cultura, entre los que se encontraban el director Wim Wenders o el cantante de U2, Bono.

Baltasar Klossowski de Rola (1908-2001) fue autodidacta, pero nació y creció en una familia con un ambiente totalmente favorable para desarrollar su talento artístico.

Su padre, Erich Klossowski, era historiador y crítico de arte, y su madre, Elizabeth Dorotea Spiro, pintora. Tras su separación, en 1919, se hizo amante de Rainer Maria Rilke, quien propuso al joven Balthus, de 12 años, la edición de su popular libro Mitsou. Historia de un gato. Esta primeriza influencia de una novela china le hizo creer a Rilke que el pequeño Balthus albergaba una sensibilidad refinada, propia de unos pocos elegidos, y entabló una gran amistad con él, cuya correspondencia está recopilada en Cartas a un joven pintor.

"La mayoría de los que se dedican al llamado arte contemporáneo son unos imbéciles", afirmaba Balthus, que admiró a Picasso, Miró y Tapiès y mantuvo amistad con Alberto Giacometti, Henri Cartier-Bresson, Andrè Gide y Antonin Artaud y Federico Fellini.

Su máxima era "pintar como se reza": antes de comenzar una nueva obra, Balthus rezaba y contemplaba la disposición de los colores, la lectura a través de la composición y sus diagonales. Esta necesidad de la pintura como verdad y forma de "acceder al misterio de Dios" palpita también en sus retratos y pinturas de niñas en poses inocentes, desnudas o sensuales, que generaron gran controversia en parte de la sociedad y que fueron calificadas tanto de eróticoas como de propias de pederastas.

Su punto de vista convergía con el de Lewis Carroll ya que, como decía el propio artista, se interesaba en la "lenta transformación del estado de ángel al estado de niña". Balthus, maestro de la composición y del refinamiento en la pincelada, es memorable más allá de su natalicio.

La incitante invitación a acercarnos a su obra nos la dio el propio autor en un telegrama que envió a un crítico de arte londinense: " Balthus es un pintor del que no se sabe nada. Ahora, podemos mirar sus cuadros".

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