Reserva flamenca

¿Solo una soleá?

  • Diferentes flamencólogos y músicos nos relatan el origen de un cante, la soleá de Cádiz, del que se han registrado 17 estilos distintos. Hablemos, pues, de soleares más que de soleá

Desgarradora y rítmica. Valiente y cadente. Soleá de Cádiz. Soleares de Cádiz. Complicada en su interpretación. Casi insondable en su origen. Como todo lo que atañe a la historia del viejecito rincón del Sur del Sur, la leyenda y el mito se enredan en la realidad moldeando un tirabuzón por el que resbala la transmisión oral, lo que se cuenta de esquina a esquina, de generación en generación. En el flamenco ocurre un tanto y en esta soleá que no está sola, otro. Soleá de Cádiz que son soleares porque fueron varios los creadores que parieron diferentes estilos. Soleá de Cádiz que no está sola porque aún suscita el interés de flamencólogos, aficionados y artistas que se preocupan por estudiar su origen y mantener su legado. La última demostración, la creación del I Concurso Nacional en su nombre. Por ello, y cogidos fuertemente de la mano con estudiosos y músicos, hoy queremos rescatar la memoria de esta soleá, soleares, nuestras, este patrimonio flamenco que debemos mimar y conocer.

¿Soleá o soleares?

Todas las fuentes consultadas parecen estar de acuerdo en hablar de soleares de Cádiz. Así, Antonio Barberán, presidente de la Cátedra de Flamencología de Cádiz y Premio Nacional de Investigación por los estilos atribuidos a Cádiz-Los Puertos, contabiliza 17 estilos gaditanos de los 91 catalogados, "siendo Cádiz la segunda zona con más estilos atribuidos, sólo superada por Triana, con 36". Aún así hace una interesante apreciación, la de la edad de los cantaores. "Son los gaditanos los más antiguos, caso de Fillo y Paquirri el Guanté", con lo cual hay que pensar que la soleá es, en un principio, de creación gaditana y distribuida, posteriormente, vía Triana, a otras zonas cantaoras donde se crearon nuevos estilos musicales".

Esta última aseveración concuerda con las palabras del estudioso José María Castaño cuando asegura que "en El Guanté encontramos un estilo matriz en la soleá que cimienta incluso algunas formas trianeras" y con el musicólogo Faustino Núñez que cree que "gran parte de las llamadas soleares apolás, aunque consideradas de Triana, fueron forjadas por cantaores gaditanos".

"¿Denominación geográfica o denominación por intérpretes?", se pregunta Javier Osuna. Para el investigador "lo que llamamos soleá de Cádiz contiene, parece ser, casi todos los elementos musicales que Enrique El Mellizo compuso con su soleá. Ahora bien, cuando la soléa de Cádiz contiene elementos de otros cantaores-creadores gaditanos, como Paquirri Guanter, ¿podríamos seguir definiéndola como soléa de Enrique el Mellizo? Entiendo que no", sopesa Osuna que le da prioridad a la denominación por intérprete. "El flamenco, como todo, es creación individual", decide.

creadores-cantaores

Llegados a este punto es de ley preguntarnos quiénes fueron los hombres y mujeres que dieron forma a las soleares de Cádiz. Primero, dos nombres, dos sombras alargadas, enigmáticas, cuyos cantes han corrido de boca en boca. Un legado que se sustenta de un único material, la transmisión oral. Dos nombres, dos misterios. Paquirri el Guanté y Enrique el Mellizo.

Enrique Jiménez Fernández El Mellizo, el creador gaditano más laureado de todos los tiempos y del que no nos ha quedado grabación alguna, fue el inventor de tres estilos de soleá de Cádiz.

A Francisco Guanter Espinal (Paquirri el Guanté) se le atribuyen, según el flamencólogo Félix Rodríguez cuatro estilos, mientras que Faustino Núñez, basándose en los estudiosos de Luis y Ramón Soler, habla de tres. Una cifra aprobada, en principio, por el presidente de la Cátedra que recuerda que estos tres estilos fueron "grabados por Aurelio Sellé, primer cantaor en impresionarlos salvo el estilo segundo, que lo reprodujo en 1908 Revuelta". Sin embargo, Barberán reconoce que puede existir un cuarto estilo atribuido a Paquirri "cantado y grabado por el Tenazas de Morón en el Concurso de Cante Jondo de Granada de 1922 ya que él mismo lo atribuyó a Guanter".

Faustino Núñez suma a estos dos nombres otra buena ración de creadores: "Una de Aurelio, una del Morcilla (hijo de El Mellizo), una de Junquera, una de Fernanda de Utrera, una anónima grabada por Garrido de Jerez, además de las apolás forjadas por cantaores gaditanos como Paquirri o el Fillo".

"El Morcilla -añade Osuna- fue un fiel copista de la soleá de su padre; sin embargo parece ser que le añadió algo propio, como es natural, esos melismas individuales que hacen que cada composición de alguien sea distinta en boca de otro".

En la lista de Barberán, además de Enrique El Morcilla, Aurelio, Fernanda y Garrido, aparecen otros nombres como Juan Ramírez, un cantaor nacido sobre 1880 en Jerez que interpreta un estilo, el cual conocemos por Agujetas El Viejo, que se basa en tercios del Mellizo y Paquirri. "También está un estilo de Pepe El de la Matrona aprendido de su madres y, según él, de Cádiz", relata Barberán que nos informa de "todo un descubrimiento" como es un nuevo estilo que sería creado por Antonio Jiménez Espeleta (hijo también de El Mellizo) basado en el primer estilo de su padre y grabado sobre 1956 por su propio hijo, Antonio Jiménez Cantero Chico Mellizo.

Del Fillo, el regente de la Cátedra, precisa que son suyos dos estilos ("ya sabemos que su nombre era Antonio Ortega Heredia y era natural de San Fernando", asegura) y un estilo más a Enrique Ortega Feria.

Y en la leyenda, ese velo suave y excitante que es la incertidumbre, quedan los estilos perdidos de la soleá de Juanelo, Ana La Lora, la Cachuchera, María Armento, La Rubia de Cádiz, Curro Dulce, Enrique Butrón, La Sandita... Como certifican Osuna, Barberán o el historiador Fernando Mira.

características

El musicólogo Faustino Núñez nos remite a "las bien trazadas melodías de las soleares gaditanas" como su principal característica. "El cante de Cádiz es eminentemente melodioso en relación al más hablado del de por ejemplo Jerez", recuerda Núñez que asegura que las soleares de Cádiz "por su difícil interpretación" suelen gozar "del aplauso general del público".

Barberán llama la atención sobre "la cadencia característica" que poseen "en los últimos tercios". "Son cantes muy valientes, tanto que casi todos los cantaores suelen escoger algún estilo de Cádiz para cerrar las mismas, lo que los flamencos llaman el macho". El experto se acuerda de especialistas como Paco el del Solano o Rancapino "que suelen recortar los tercios y ligarlos sin apenas respirar entre verso y verso, lo cual dificultad mucho su interpretación, pero le imprime jondura", ilustra.

"Sobrias, recias, de un compás vivo, equilibrado y armónico", define Mira, mientras que para el pianista flamenco gaditano Sergio Monroy es una soleá "en la que hay que tirar mucho para atrás y aguantar el tiempo, además de estar exenta de muchas florituras", una soleá, dice, "para disfrutarla de principio a fin".

La métrica de las soleares suele ser la cuarteta o la composición de tres versos octosílabos.

origen

Tomamos, exclusivamente, las investigaciones de Antonio Barberán como referencia para ahondar en las raíces de este cante. Así, las primeras alusiones encontradas hasta la fecha datan el nacimiento de la soleá sobre los años 50 del siglo XIX, siendo lo más probable que su origen estuviera basado en algún tipo de jaleo.

Las primeras referencias son de baile, porque la soleá nació para ser bailada, antes que cantada. Una noticia muy temprana, publicada en El Nacional (Cádiz) en el mes de septiembre de 1853, que fue localizada por el investigador Faustino Nuñez, apunta que el tenor Sr. Belart "cantará la escena Española El Majo de Rumbo compuesta de Caña, Rondeña y Soledad".

En 1855 se empieza a representar en los teatros y, concretamente, el bailable Un ente en la boda de los majos llevaba entre sus números, los bailes del jaleo y la soledad gitana.

Otra referencia temprana, la localizó el propio Barberán también en Cádiz, en el Teatro del Balón, donde el cartel de este coliseo anunciaba el 17 de junio de 1867 que Teodoro Guerrero El Quiqui, famoso cantaor gaditano, "cantará dentro del nuevo juguete cómico de género andaluz, titulado Palmas y luces o Una boda de flamencos, el jarabe, el zapateado y la soledad, acompañado de la guitarra de Juan Trujillo, cantares alusivos al género del juguete".

Una reseña más. El 7 de agosto de 1869 la prensa gaditana El Comercio anunciaba que en el Teatro Circo Gaditano se interpretará el baile español, La Soleá de Cádiz, todo lo cual hace suponer que Cádiz, contaba ya con al menos un estilo propio de dicho cante.

¿se cultiva en la actualidad?

El gaditano Sergio Monroy es optimista ya que opina que "es uno de los estilos de soleá más comunes de hacer, además -prosigue-, en Cádiz tenemos cantaores muy jóvenes y profesionales que defienden con creces nuestra soleá". De hecho, el propio Monroy, que aprendió el estilo "escuchando a Juan Villar", asegura que "como músico y flamenco" es su "deber" saber de los estilos de la soleá y "defender y difundir" la soleá de Cádiz.

Núñez precisa que "el primer estilo del Mellizo" es el más reproducido en la actualidad donde, a su juicio, existen "muy notables intérpretes de éste y otros cantes de Cádiz, gaditanos o no".

De hecho, durante el I Concurso Nacional de Cante por Soleá de Cádiz, organizado por la peña flamenca Juanito Villar, se ha podido ver "el conocimiento y el estudio del estilo por parte de los concursantes", tal y como valora Félix Rodríguez, que ha sido jurado del certamen. "Me he quedado muy sorprendido con el nivel, sobre todo, de la juventud", reconoce.

Barberán, quizás, se muestra algo más descreído con el mantenimiento de esta rica herencia cantaora. "Actualmente solo son cantados unos pocos estilos que no llegan a la media docena de los tasados por Los Soler", se queja el investigador que opina que las causas pueden ser "el desconocimiento" junto con la falta de referentes. "El único referente que tienen los cantaores son unos pocos discos donde, por regla general, se mezclan con otros estilos de diferentes zonas cantaoras. El resultado final es un galimatías", sentencia. De esta forma, el presidente de la Cátedra no quiere poner un punto y final a sus aportaciones sin lanzar un mensaje a los intérpretes gaditanos: "Se puede y se debe conocer otras escuelas cantaoras, pero estimo importantísimo conocer y conservar el patrimonio cantable local. Por eso animo desde aquí a los cantaores gaditanos que apuesten y mantengan con su arte, los cantes propios de este rincón".

Una petición, una advertencia, también refrendada por José María Castaño que nota que "actualmente existe una mayor inclinación por comenzar la soleá haciendo el estilo de Alcalá más que el gaditano porque es menos exigente. Así que los artistas de la zona deberían prestarle más atención".

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