Cultura

Sacan a licitación un proyecto para proteger la arqueología urbana

  • El Ayuntamiento intervendrá en los restos de Varela y en los cañones de San Carlos

  • El plazo es de dos meses y el coste de 30.000 euros

El patrimonio arqueológico urbano de Cádiz está de enhorabuena. Tras años de denuncia ante la poca difusión, la escasa protección, señalización y actos de vandalismo, el Ayuntamiento de Cádiz ha sacado a licitación un proyecto de conservación y mantenimiento de esta parte vital de nuestra historia escrita en las piedras de nuestros yacimientos al aire libre.

Concretamente, se va a actuar en el patrimonio arqueológico que integra la casa romana del parque de Kotinoussa -ubicada en pleno parque infantil sin ningún tipo de protección-; en el parque de Erytheia -cuyos restos están expuestos directamente a las heces de los perros-; los enterramientos de la avenida Fernández Ladreda y en los cañones del Paseo de San Carlos. El plazo de ejecución es de dos meses, el importe total de 30.000 euros y la fecha límite para presentar las ofertas por parte de las empresas será hasta las 13.00 horas del día 13 de marzo.

Conscientes del potencial de una ciudad con tanto patrimonio y tan denostado como en la nuestra, ya se dan estos primeros pasos en esta carrera de fondo que es la conservación, protección y divulgación de uno de nuestros mayores tesoros, en una iniciativa que se incluye dentro del Plan Invierte 2017.

El plan de actuación, encaminado también a la conservación preventiva y paliativa, establece las actuaciones que se llevarán a cabo de forma puntual. Concretamente, en la casa romana del parque de Erytheia -sito en el parque infantil de Varela-, se va a proceder a la limpieza general y eliminación de vegetación, así como de restos de basura y escombros; eliminación de grava; consolidación puntual de fisuras y alteraciones del pavimento y la eliminación de grafitis; reparación de un tramo del vallado que ha sido arrancado por actos vandálicos; pintado del resto del vallado y soportes de cartelería, así como del interior de la alberca romana, donde hace unos meses aparecieron más grafitis.

En el parque de Kotinoussa, que es la zona del parque canino de Varela, lo más afectado es la cisterna romana localizada en el yacimiento del Cómico y donde se produjo un desprendimiento hace bastante tiempo. En esta estructura, que es la única vallada con pantalla de metacrilato, se va a realizar una limpieza general; se va a consolidar las estructuras y se va a hacer una reparación denominada de cárcavas de arcilla; se va a reponer los elementos desprendidos y a consolidar el revestimiento interno.

Ya en el paseo de San Carlos, se ha constatado la falta de mantenimiento de las cureñas históricas, lo que ha provocado deshidratación de la madera, a lo que se suman diferentes actos vandálicos que han provocado incluso la desaparición de algunos de sus elementos. Así, lo que se propone es realizar una intervención de choque para la hidratación y nutrición de la madera para así obtener su aspecto original; se va a sustituir elementos perdidos, se van a fijar las piezas sueltas para evitar su sustracción; se va a reparar y pintar la zona oxidada de los cañones y se va a colocar cartelería explicativa con un soporte atril de hierro.

Los restos del acueducto romano que fueron rescatados de la playa de Cortadura y puestos en valor en la plaza de Asdrúbal en la década de los 80, también están poco visibles y carecen de información. Por tanto, se va a proceder a la limpieza de restos de grafitis y se va a colocar cartelería explicativa con un soporte atril en hierro.

Por último, se va a intervenir en los enterramientos de la avenida Fernández Ladreda, donde se va a colocar una placa explicativa de mármol que fue eliminada por actos vandálicos.

La metodología que se ha planteado, con la que se van a realizar estas acciones puntuales para frenar el proceso de deterioro de los restos arqueológicos, también pretende que posteriormente se pueda poner en funcionamiento -de forma efectiva y sostenible- un plan de mantenimiento anual, que es vital de cara al futuro. Del mismo modo, también se establece que todas estas iniciativas deben estar coordinadas por un licenciado de Bellas Artes, con la especialidad de Restauración.

Desde los años 80, Cádiz ha vivido un progresivo enriquecimiento en su patrimonio arqueológico, sumándose así al circuito turístico de la ciudad el Teatro Romano, la Casa del Obispo -aunque cerrada desde hace más de tres años- y el yacimiento arqueológico Gadir, a lo que se suman numerosas representaciones del pasado a lo largo de toda la ciudad. Esta singularidad implica también una responsabilidad, así como la obligación de conservar y custodiarlo, dentro de una estrategia de actuación de carácter urbano. Esto, unido al incremento de denuncias relativas a sucesos vandálicos en el patrimonio, que supone una mayor concienciación ciudadana, y al deterioro por agentes naturales o antrópicos, ha llevado a la administración local a la puesta en marcha de esta iniciativa. Un plan que supone un impulso a nuestra propia identidad histórica como dinamizadora del turismo, de la economía y la cohesión social. Aunque nada tendría sentido si la inversión se limita a esta primer paso y no se prolonga en el tiempo.

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