"La verdad es que hemos tenido mucha suerte -comenta Ana López, desde un tren que acaba de coger en Sevilla-. Todo lo que habíamos pensado que nos iba a pasar nos ha ocurrido. Menos lo de hacernos ricas que, obviamente, no".

A falta de una, Las Niñas han puesto dos picas en Flandes. La primera, la más imponente, en el Teatro Falla: cuando dieron el salto de calle a tablas con un espectáculo imposible de catalogar, que seguía siendo Carnaval y guiñaba a los comediantes de micro. Chirigóticas quedó como un hito de esas bien predicadas formas híbridas, capaces de colarse en los recovecos más extraños.

La segunda pica fue a la sombra del madroño, llevando sus historias al Teatro Alfil madrileño. "Hay una gran diferencia entre eso y jugar en casa -comenta una de las integrantes del grupo, la actriz Ana López-. Actuar en el Falla fue inolvidable pero en Madrid tienes que ganártelo a priori, y el público que te encuentras suele ser muy exigente. Aquí, en principio, te miran con bastante más cariño".

"Pero igual -continúa- cada vez estamos más metidas en los círculos teatrales de Madrid, salen cosas para televisión, proyectos para el cine, una película en verano... La verdad es que la realidad está superando las expectativas, a todos los niveles, profesional y personalmente. Por otro lado, la gira nos ha permitido ver cómo reacciona la gente en sitios tan distintos como las dos Castillas, el País Vasco, Madrid, Andalucía o la comunidad valenciana".

Tras Chirigóticas, Las Niñas se encuentran preparando un segundo espectáculo, cuyo estreno se espera para antes de fin de año. Un proyecto que pretende continuar la línea de fusión entre teatro y Carnaval. "Queremos seguir en ese mismo campo -explica Ana López-, dar otro paso más dentro de ese proceso de investigación y mezcla. La idea es empezar a dibujar el espectáculo este verano y repetir, en la medida de lo posible, la experiencia que hemos tenido con Chirigóticas".

Se plantean tal vez subir a Barcelona, "que está ahí pendiente -apunta López-. Pero ocurre que el segundo espectáculo está bastante comprometido con los escenarios por los que hemos pasado". En tiempos críticos -parece- la risa es más que nunca un valor seguro. "La presencia del humor es una constante en todo lo que hago -comenta Ana López-, siempre, aunque sea un espectáculo serio. Entiendo el humor como una forma de entender las cosas, como una especie de idiosincrasia: la risa, la autocrítica, la ironía, como un prisma de ver la vida".