Justo después de su paso por la Fundación Cajasol en Sevilla, llega a la sede de la corporación en Cádiz Divertimento Veneziano: el acercamiento que realiza a las fiestas de febrero el extremeño Juan Valdés (Badajoz, 1942), con la ocultación y la incógnita como hilos conductores tanto estilística como temáticamente. La exposición es, de hecho, una selección a partir de la muestra anterior, que se completaba con retratos y dibujos. "Tomamos el Carnaval como elemento primordial ya que es el epicentro de la cultura gaditana -explica Mercedes Palomo, delegada de la Fundación Cajasol en Cádiz-, aunque ambas manifestaciones sean muy distintas en cada ciudad".

Las veintitrés piezas al óleo que integran Divertimento Veneziano encuentran su inspiración en los viajes que Juan Valdés ha realizado a la ciudad italiana y apuestan por una paleta vitalista.

"En casi todos los cuadros -continúa Mercedes Palomo-, podemos apreciar un contraste muy marcado entre una pincelada muy depurada, con la que suele plasmar con detalle minucioso máscaras, manos y tocados, y el fondo, en el que da paso a la abstracción de color y la sugerencia, jugando con veladuras y gradaciones". Una técnica que puede observarse en toda su expresión en cuadros como Fantasía en Venecia, que toca el preciosismo en obras como La flor del cerezo, y que es común en toda la serie excepto en la piezas más antiguas, de concepto y desarrollo totalmente distintos, que beben de los grabados costumbristas de Goya.

"Dentro de este palo barroco, tan propio de Juan Valdés -prosigue Palomo-, se encuentran también los cuadros en los que aparecen maniquíes, jugando con un concepto más mórbido, más siniestro, de ese hilo conductor que es la máscara".

La muestra, que permanecerá abierta hasta el 27 de mayo, se completará con talleres educativos orientados a escolares y centros sociales.