Cultura

Hacer cine en el borde del margen

  • Los realizadores Andrea Jaurrieta y Pablo Hernando abrieron el ciclo 'Cheap Thrills'

Pablo Hernando y Andrea Jaurrieta, durante su intervención en el Centro Unicaja de Cultura.

Pablo Hernando y Andrea Jaurrieta, durante su intervención en el Centro Unicaja de Cultura. / bernardo sancho

Tienen poco más de 30 años y varias películas en su currículum. Andrea Jaurrieta ha realizado varios cortometrajes y obras de teatro y acaba de terminar su primero largo, Ana de día. Pablo Hernando cuenta con dos largometrajes de producción propia (Cabás y Berseker) y un tercero, Esa sensación, en colaboración. Ambos visitaron Cádiz para abrir el ciclo Cheap Thrills y charlar de cómo y por qué lanzarse a hacer cine.

Pablo Hernando: "Los míos han sido presupuestos ridículos, para las cifras que se manejan. De hecho, en Berseker hice un crowdfunding parar completar el montante que no se acerca ni de lejos a lo que se suele pedir. Sabía los puntos de los que partía y que iba a ser un rodaje guerrilla total. Además, no he estudiado cine, y sabía que esto iba a ser en gran medida parte de mi aprendizaje. Lo quería hacer y ya está, fuera como fuera. Más que los medios a la idea, que es lo que se intenta hacer, traté de acercar la idea a los medios".

Andrea Jaurrieta: "Aunque Ana de día contaba con cierta financiación del gobierno navarro, recurrir al crowdfunding fue una necesidad, ya que me había propuesto pagarle a todo el mundo, aunque fuera muy poco. La verdad es que la falta de dinero es una mierda pero, por otro lado, te da agilidad y frescura a la hora de ir adaptando la historia a las circunstancias, y eso siempre es bueno. Hay momentos, desde luego, en los que quieres pegarte un tiro. Para mí, lo más duro, bordeando lo ridículo, ha sido el tener que hacer de mi propio agente de ventas".

P.H: "Sí... yo tengo a un amigo que tiene dos direcciones diferentes, y en una hace de su propio representante".

A.J: "En el mundo del cine parece que existiera una cuadrícula muy exacta de lo que hay que hacer y, si no lo haces, te quedas al margen. Puedes hacer una o dos películas de guerrilla, pero no seguir así mucho tiempo, porque es algo que no se sostiene. No te sostiene, vaya. La clave para levantar un proyecto está siempre en un nombre conocido. Ese es uno de los motivos por los que existe un 80% de paro en actores".

P.H: "Yo he tenido la suerte de que pillaran Berseker en el Festival de Cine de Sevilla y, a raíz de eso, me la han ido pidiendo, con lo que ha tenido vida más allá de Internet, que parece que es lo que corresponde a una peli de ese tamaño. Y Cabás pude llevarla a Rotterdam y a Málaga. Los festivales más clásicos van mucho de quién eres".

A.J: "Depende mucho de si tienes distribuidora y agente. Algunos festivales funcionan muy bien, como el de Sevilla, pero en general van fatal a puerta fría. Aun así, esta generación tiene un acceso privilegiado a las plataformas. Yo veo cierto parecido con la generación de los 70 y el nuevo cine".

P.H: "A unas malas, siempre te quedará subirlo a YouTube. Pero la saturación es tal que lo difícil es llamar la atención."

A.J: "Lo mejor del trabajo es el equipo. Gente que apuesta por tu proyecto prácticamente por amor al arte. Recuerdo que en el último plano de Ana de día no podía dejar de llorar".

P.H: "Mis pelis tienen un equipo tan ridículo como su presupuesto. Pero sí, es una experiencia muy bonita. No quiero ni pensar cómo es al contrario, con la cantidad de tiempo que se pasa juntos..."

A.J: "Siempre puedes hacer como Orson Welles, y echar a alguien el primer día... Está claro que hacer cine es como una droga, en el enganche y en la felicidad plena al terminar, al haber contado la historia que has querido".

P.H: "Si lo analizas racionalmente, no hay una explicación. A veces pienso que es una mezcla de ilusión infantil y empecinamiento. Mejor no pensar mucho".

A.J: "Sí, porque de calidad de vida, nada".

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