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Flamenco

Grabaciones a pie de escenario

  • El Centro Andaluz de Flamenco edita una colección de cinco discos con cantes de Terremoto, La Paquera, Chocolate, Naranjito de Triana y Turronero tomados en festivales del pasado siglo

La Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco sigue manteniendo el objetivo que otorga la principal razón de ser al Centro Andaluz de Flamenco (CAF), como es el que este sea el referente mundial de la documentación y del estudio del flamenco. En esta línea, bien conocida es su labor de adquisición y cesión de fondos que, posteriormente, son digitalizados para que, de esa forma, puedan ser puestos a disposición de investigadores, estudiosos y aficionados. Según informa la mencionada Agencia, en la actualidad, más del 40% de los fondos del Centro están ya digitalizados y el 80% de estos están volcados a la red que configuran los Puntos de Información del Flamenco (PIF), distribuidos por las delegaciones de Cultura, bibliotecas públicas provinciales y Centro de Documentación Musical. Además de las vías señaladas de adquisición y cesión de archivos, la Agencia ha informado que, en fechas recientes, se han establecido convenios de colaboración con instituciones públicas y entidades privadas para la digitalización de sus fondos, de los que el CAF se reserva una copia para su archivo y uso de los investigadores del flamenco. Estas nuevas fuentes de archivos van a ser la emisora COPE-Jerez, la Bienal y la Diputación de Sevilla, el Festival de Ogíjares (Granada) o el Ayuntamiento de Cabra, que posee los fondos de la antigua emisora de Radio Cadena en la ciudad. De especial interés me resulta la de las bienales sevillanas, en cuanto incorporan imágenes, especialmente las de espectáculos de baile, que pueden ser de muchísima utilidad para el estudio del desarrollo de una disciplina que tanto ha evolucionado en las últimas décadas.

Procedente de un convenio anterior con el sello Flamenco Vivo, el CAF ha presentado recientemente una edición limitada y no venal que contiene una colección de cinco discos con actuaciones en directo de artistas ya fallecidos: Terremoto, La Paquera, Chocolate, Naranjito de Triana y Turronero. Se trata de grabaciones efectuadas en festivales de verano andaluces durante los últimos años de la década de los setenta del pasado siglo. No se especifican lugares ni fechas concretas, pero por las propias palabras de los artistas se saben algunos de ellos: Jerez y Bornos para Terremoto, Jerez y Los Palacios para La Paquera, por ejemplo. Todos los registros proceden de las grabaciones que por esos años efectuaba el productor Ricardo Pachón con el magnetófono Nagra, que se ha convertido en un icono por las grabaciones que con él se hicieron. Sin temor a exagerar, se puede decir que cada uno de estos volúmenes constituye una pequeña joya. Todos nos remiten a un tiempo luminoso, el de los festivales de verano que por entonces atravesaban su mejor momento, lo mismo que esos artistas que estaban en la cumbre de su arte en ese tiempo.

En pocos casos se cumple esa premisa como en el de Manuel Mancheño Peña "El Turronero", un cantaor que en esos años era, junto a Camarón, una de las estrellas con mayor brillo y tirón en las noches festivaleras. En ese tirón jugaba un papel fundamental su asociación con el guitarrista Paco Cepero con quien tenía una compenetración. "Turronero era el bordón de la guitarra de Cepero", afirma Pachón, quien cariñosamente los recuerda como "los chulitos de los festivales". Es algo que además se percibe en la grabación, donde se escucha a una audiencia entregada que vibra con los tercios del cantaor y las falsetas del guitarrista, que parecen competir por el mismo público. Los cantes recogidos resumen el arte de Turronero, que lucía por tientos y bulerías, especialmente estas últimas donde dejaba las letras de su autoría. Letras comprometidas en un tiempo de reivindicación autonómica: "Sentrañas mías/ las entrañas mías/ como me duelen el alma las cosas de Andalucía".

No van a la zaga en esplendor cantaor las grabaciones de La Paquera y Terremoto, aunque este último ya andaba bastante mermado de salud -el propio artista, entre cante y cante, narra sus achaques (hasta un flemón llega a contar)-, y de hecho fallecería pocos años después (1981). No obstante, sigue sorprendiendo por la fuerza y el duende de sus soleares y seguiriyas, más algún tiento y una bulería, estilos que solían constituir su repertorio. El de Jerez está acompañado por las guitarras de Enrique de Melchor y Manuel Morao, mientras que La Paquera lo hace con las de Paco Cepero y José Cala "El Poeta". A ella, también en la cumbre, se la escucha, con toda la fuerza que le recordamos, y por los que eran también sus estilos habituales: fandangos, bulerías y tangos. Como se puede observar, el hecho del directo determina que, a más de revivir actuaciones que bien pudimos presenciar en uno u otro lugar, escuchamos a estos artistas en los estilos en los que se sentían más cómodos, los que elegían para sus actuaciones. Así ocurre también con el volumen dedicado a Chocolate en el que encontramos sus fandangos personales y sus tarantos, también las seguiriyas, y sobre todo, una impagable colección de martinetes que, por añadidura, trasladan una importante información del género con recuerdos a la herencia de Los Pelao y los Cagancho, las tonás de Triana y hasta la debla. El último de los volúmenes está dedicado a Naranjito de Triana, un contrapunto a todo lo anterior. Como afirma Ricardo Pachón, los suyos no son cantes de duende, pero sí un flamenco apolíneo y bien afinado que se plasma en las soleares de los alfareros de Triana y los tangos de El Titi, del mismo barrio sevillano.

Los cinco volúmenes cuentan con un texto debido a diferentes autores. Un valor entrañable y especial tiene el de Chocolate, un escrito póstumo del escritor Carlos Lencero. Igualmente, cada uno de los discos se presentan con una obra gráfica original obra del artista Gonzalo Conradi.

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