La historia del grupo cántabro La Fuga es una historia de esfuerzo y continua superación. Arrancaron en 1997 emulando a bandas de rock duro en conciertos minoritarios en los que eran recibidos con cierta acritud. Sin embargo, los segmentos más canallescos del público fueron cogiéndole cariño a su sonido, lo que los llevó a tocar fuera de Reinosa y a grabar un primer trabajo en Navarra con su propio dinero y la financiación del ayuntamiento de la ciudad cántabra.

En apenas un año empezaron a llamar la atención de discográficas pequeñas, y tras publicar dos trabajos que contaron con una muy limitada difusión firmaron con EDG, que les permitió sacar A las doce.

Sólo un año después, Dro-Atlantic se fija en ellos y corre con la edición y la promoción de Calles de papel, gracias al cual se dan a conocer entre el gran público, son invitados a un homenaje a Barricada y telonean a Fito y Fitipaldis.

A mediados de la década pasada La Fuga ya no son una banda que se dedica a hacer versiones de Los Suaves. Su rock urbano posee identidad propia y llena grandes recintos.

En Negociando gasolina cuentan con la colaboración de El Drogas, de Barricada, y con Nubes y claros se embarcan en una extensa gira acústica que recorre todo el país.

Asuntos pendientes los lleva a actuar en Latinoamérica, y los encumbra como una de las bandas de rock callejero más importantes de España.

Sin embargo, en el año 2009 surgen disputas entre los miembros del grupo, que deciden separarse para dar lugar a dos formaciones diferentes. De un lado, Rulo y la contrabanda; del otro, una nueva versión de La Fuga compuesta por Pedro (voz y guitarra), Nando (guitarra solista), Raúl (bajo) y Edu (batería).

Desde el año 2011, La Fuga se encuentra de gira presentando su último trabajo, titulado Raíces.