la hora del bocadillo

¡Cariño, he encogido al vecino!

  • Dolmen recupera multitud de títulos y personajes en una línea que nos trae a la memoria tebeos imprescindibles en nuestra formación comiquera

Multitud de títulos y personajes en esta nueva línea, que nos devuelve a la memoria unos tebeos imprescindibles para la educación "comiquera" de muchos lectores.

El segundo volumen de la serie Los Hombrecitos acaba de llegar a las librerías y es una ocasión perfecta para hablar de este nuevo sello de la editorial Dolmen, Fuera Borda. Pero antes veamos cómo sigue la vida de los diminutos habitantes de Eslapión.

En el anterior volumen, además de explicarnos su curioso origen, la minúscula población que se oculta de los ojos de sus convecinos del pueblo de Rajevols, tuvo que enfrentarse a los militares del lugar, una amenaza que da más risa que otra cosa, ya que son una pandilla de tarambanas… Pero no serán los únicos problemas que los acucian.

Pero quizás en estas primeras peripecias había un excesivo uso del slapstick y el humor (algo excesivo) chorreaba por las páginas, por lo que a las grandes ideas del creador de la serie Pierre Seron, tras la "marcha" obligada de Albert Desprechins, se une el ingenio y gusto por la aventura de un nuevo guionista, Hao (Jean Mariette). Juntos harán despegar a esta magnífica y divertida serie de una vez por todas, comenzando por un hecho crucial en la existencia de los pequeños hombres: Un fortuito accidente hará que la ciudad de Eslapión se inunde, y se iniciará un éxodo, una huida obligada, que sólo con la enorme pericia e imaginación de los liliputienses llegará a buen fin. Ah, y por supuesto, la inestimable ayuda del excéntrico profesor Hondegger, que no para de experimentar e inventar nuevas fórmulas que, la verdad, suelen meter a los protagonistas en más de un embrollo.

La llegada de un nuevo escritor a la colección también aportará, narrativamente, algunos temas que no se habían tocado con anterioridad: la lacra de las drogas y el problema que surge para un acusado sr. Renaud, así como una jocosa visión de la república bananera de Brontóxico, tirando de todos los tópicos posibles y convirtiendo estas dos historias, más algunos relatos cortos, en éste, un volumen que se lee de un tirón y divierte por igual a grandes y pequeños.

La editorial Dolmen recupera una serie de títulos que fueron serializadas en la revista Fuera Borda, pero que un servidor, que ya comienza a contabilizar más canas de las que quisiera tener, conoció y disfrutó en la legendaria revista Spirou, cuya compra en aquellos ya lejanos años era un auténtico suplicio, ya que a la caótica distribución que se hacía en nuestra ciudad había que añadir el hecho de que la mayoría de quiosqueros no sabían pronunciar su nombre ("spirú… no, no me suena" era la respuesta mayoritaria) y siempre tenía que cargar con el número anterior para que supieran lo que les pedía…

Pues bien, como decía, Dolmen ha comenzado hace pocos meses la titánica tarea de recuperar en magníficos tomos de tapa dura y papel de buen gramaje algunas de las cabeceras más míticas que nos hicieron disfrutar del tebeo franco belga, aunque a nosotros, chavales, lo único que nos preocupaba era pasar un buen rato entre sus páginas. A la serie de Los Hombrecitos, de la que, como decía al principio, ha salido el segundo tomo, hay que sumar una de mis preferidas, Quena y el Sacramús (creada por Gos), o las aventuras de un chaval y su gato espacial (¿no os suena?): misterios, mil y un peligros, viajes espaciales, todo sazonado con buen humor.

Otra de las novedades de esta imprescindible colección son las peripecias de una atractiva y rubia azafata, Natacha. Creada por Walthéry y Tillieux, que la enfrentarán a una y mil tramas, en la que se jugará el pellejo en más de una ocasión, junto a su compañero de fatigas Walter dará la vuelta al mundo, perseguida por una infinidad de villanos.

Y dejo para el final a Johan y Pirluit, hijos gráficos del "papá" de Los Pitufos, que fue la primera apuesta de esta colección, llevando publicados ya seis volúmenes y asegurando el futuro de la línea, que ha tenido una calurosa acogida entre los aficionados.

Por si esto fuera poco, los volúmenes incluyen una sección final que pone la guinda a la magnífica edición: portadas inéditas en nuestro país, chistes y artículos que nos hablan sobre los pormenores, génesis y multitud de anécdotas de estas series.

¡Y esto sólo es el principio! En los próximos meses se unirán a las citadas anteriormente, los títulos Los Casacas Azules y Bermudillo el genio del hatillo.

Un ejercicio editorial éste, de nostalgia bien entendida, que nos devuelve unos tebeos con los que muchos de nosotros crecimos y seguimos disfrutando, así como las generaciones más jóvenes.

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