Provincia de Cádiz

El final de la crisis no es el principio de la recuperación

  • El anuncio de los ‘brotes verdes’, además de triunfalista, se ha demostrado irreal y precipitado porque una cosa es caer más despacio y otra, empezar a renacer

A estas alturas, lo único que ha brotado tras las declaraciones de la ministra de Economía son comentarios de toda índole y con un trasfondo común: la incredulidad. La economía es aún un agujero negro en el que caen más de los que logran salir de él, aunque la caída sea más suave. Los únicos que pueden afirmar que han vivido una primavera económica desde abril han sido los chinos, que vuelven a marcar unos ritmos de crecimiento inverosímiles para el resto de los mortales occidentales: un 7,9%. Es un nivel que Cádiz llegó disfrutar en los mejores años de bonanza (entre 2004 y 2006). Ahora la recesión gaditana se acerca al 3%, aunque, al igual que en el desempleo, nuestra provincia no es la peor parada de Andalucía, y son Málaga y Almería las que sufren, con diferencia, los peores estragos productivos y laborales.

¿Dónde están entonces esos brotes verdes? Si son los brotes verdes de la recuperación, en ninguna parte. Si son los del final de la crisis, pueden intuirse en tres ámbitos: la disminución considerable de los impagos comerciales (cargos de pagos aplazados o de tarjetas), aunque la morosidad bancaria sigue al alza y actualmente está en el 4,64%; la reactivación de las ventas de coches, que volvieron a ver el disco verde y registraron la primera subida interanual (+10%) desde 2007; y, tercero, la ralentización del aumento del paro, propiciada a medias entre los planes de obra pública y el inicio de la campaña turística.

La incógnita que se despejará en los próximos meses es si estos movimientos positivos son sólo coyunturales o si, por el contrario, pueden interpretarse como indicadores adelantados de una recuperación venidera. Hasta ahora, las predicciones de salida de la crisis han quedado sucesivamente invalidadas y prorrogadas. De hecho, el verano de 2009 estaba llamado a ser el punto de inflexión para el renacimiento económico, un hito que nuevamente ha sido aplazado al estío de 2010 y que demuestra que una cosa es frenar el desplome del sistema económico y financiero y otra empezar a levantarlo. Un claro ejemplo de ello es la fusión de Unicaja con Caja Jaén y CajaSur, y mientras la estructura bancaria no esté asentada, no habrá una reactivación clara del crédito ni, por ende, del consumo. Los últimos balances de hipotecas y préstamos reflejan esta situación, ya que mensualmente no se superan, de media, las 2.000 hipotecas (un 37% menos que en 2008), lo que significa que el parón inmobiliario sigue igual, es decir, parado; y, segundo, porque aún el acceso al crédito es muy limitado y la contratación de depósitos sigue duplicando a la de empréstitos.

Con estos resultados, el miedo gana la batalla emocional a la esperanza, sobre todo por la previsión de una avalancha de parados tras el verano y una muy mala recta final de año. La ligera subida de la tasa de desempleo al 26,45% conocida el viernes puede ser una tregua temporal antes de una escalada mayor, algo así como la llamada mejoría de la muerte, que no es más que una recuperación efímera antes de la última recaída.

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