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Los misiles vuelven a la Plaza Roja

  • Por primera vez desde la caída de la URSS, Rusia hace desfilar por Moscú su armamento pesado · El nuevo presidente, Dimitri Medvedev, advierte contra las "ambiciones irresponsables" de Occidente

Rusia hizo ayer desfilar a sus misiles nucleares y sus carros de combate por la Plaza Roja de Moscú, por primera vez desde la caída de la URSS, si bien el nuevo presidente, Dimitri Medveded, lanzó una advertencia contra las "ambiciones irresponsables" que pueden causar guerras.

Un total de 8.000 hombres desfilaron, acompañados por un impresionante despliegue de aviones de guerra y armamento, incluidos misiles balísticos Topol-M y tanques T-90. Este armamento pesado se dejó ver por primera vez en los últimos 18 años por la Plaza Roja, rememorando así la antigua grandiosidad de los desfiles militares de la era soviética.

Pese a la demostración de fuerza, el nuevo presidente ruso lanzó una advertencia al pasar revista a las tropas contra las "ambiciones irresponsables" que, dijo, pueden causar la guerra en continentes enteros. En un aparente ataque a la política exterior estadounidense y al apoyo de los países occidentales a la independencia de Kosovo, Medveded también criticó las "intenciones de entrometerse en los asuntos de otros estados y, especialmente, el redibujar fronteras".

El jefe del Estado siguió el desfile de las tropas junto a su mentor y ahora primer ministro, el ex presidente Vladimir Putin, en una tribuna situada frente al Mausoleo de Lenin, el lugar sagrado de la ex URSS donde una gran placa recuerda el 9 de mayo de 1945, según la agencia AFP.

La demostración de fuerza en el 63º aniversario de la derrota de los nazis en la Segunda Guerra Mundial simboliza la creciente osadía del Gobierno de Moscú en los ocho años de la presidencia de Putin y su política agresiva hacia las capitales occidentales. Medvedev, de 42 años y que juró su cargo el miércoles, es un cercano aliado de Putin, de 55, y ha sido uno de sus hombres de confianza en las últimas dos décadas. Muchos analistas creen que el nuevo presidente de Rusia será más débil que Putin. Otros observadores afirman que Medvedev se crecerá en su papel de presidente, cargo que en Rusia implica mucho poder, como parece simbolizar el gran desfile de la Plaza Roja, definido por Putin como "una demostración de nuestra creciente capacidad de defensa".

Ese acto llega tras la denuncia de Washington, el jueves, de la expulsión de dos de sus diplomáticos por Moscú, después de que las autoridades estadounidenses echasen del país a un espía ruso.

EEUU y Rusia mantienen una tensión especialmente alta sobre Georgia, la república caucásica pro occidental cuya aspiración de entrar en la OTAN es respaldada por Washington.

Ajenas a toda tensión, las calles de Moscú mostraron ayer una atmósfera festiva, con la presencia de veteranos con sus viejas medallas y jóvenes soldados vestidos con uniformes y cascos de la Segunda Guerra Mundial y armados de viejos rifles.

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