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Ópera

'Alcina' despliega su hechizo por primera vez en el Maestranza

El equipo artístico de 'Alcina', en  el exterior del Maestranza.

El equipo artístico de 'Alcina', en el exterior del Maestranza. / Guillermo Mendo

El Teatro de la Maestranza reivindica la semana próxima la imponente belleza de la ópera barroca con Alcina, la obra de Georg Friedrich Händel que se representa por primera vez en el escenario del Paseo Colón, los días 6, 8 y 10 de febrero en una producción de la Deutsche Oper am Rhein Düsseldorf Duisburg que traslada esta historia de una hechicera atormentada por el amor no correspondido y los celos a la estética sofisticada del Hollywood de los años 50. El espectáculo, destaca el director general del Maestranza Javier Menéndez, deslumbrará al público por "la genialidad melódica, los contrastes en las arias y la profundidad psicológica" que otorga a cada personaje el compositor, de quien se vio en el mismo recinto poco antes del mal sueño de la pandemia, en febrero de 2020, otro de sus títulos más celebrados, Agrippina. En esta ocasión, como entonces, interpretada por la Orquesta Barroca de Sevilla, porque, como dice Menéndez, "nadie en esta ciudad habría entendido que no fuera así". 

Pese a que el estreno de esta ópera, adaptación del poema épico Orlando furioso de Ludovico Ariosto, se produjera en el Teatro de Covent Garden de Londres en abril de 1735, la pieza propone "temas que nos siguen interpelando", defiende el responsable del Maestranza, que identifica en Alcina, más allá de su enredo sentimental, "una reflexión sobre el poder, la violencia, la confusión del amor o la soledad de la vejez". Un material que ha revisado la directora holandesa Lotte de Beer, una creadora interesada en acercar la ópera a los nuevos públicos, que ocupada ahora con la mirada a West Side Story en la Volksoper de Viena de la que es directora artística ha delegado en Julia Langeder, encargada de una reposición de la puesta en escena donde no se ha limitado "al corta y pega" y ha tenido "la flexibilidad de poder adaptar la idea original a las circunstancias de cada cantante", explica la alemana, que comenta que "el punto de partida para Lotte fue preguntarse por qué Alcina se comporta como se comporta, por qué convierte el amor en posesión y venganza. Ella cree que hay un trauma detrás de su actitud".

El director musical Andrea Marcon y el director general del Maestranza Javier Menéndez. El director musical Andrea Marcon y el director general del Maestranza Javier Menéndez.

El director musical Andrea Marcon y el director general del Maestranza Javier Menéndez. / Guillermo Mendo

El italiano Andrea Marcon, que toma la batuta en este montaje, asegura que Alcina es la prueba de que las composiciones de Händel están "a la misma altura que Verdi, Puccini o Rossini. Me gusta mucho la pintura, y voy a hacer un paralelismo: igual que las exposiciones de Caravaggio o Canaletto registran colas inmensas la misma acogida debería tener una ópera de Händel. Alcina posee la misma calidad que otros títulos más conocidos del repertorio como Carmen La traviata". 

Ventura Rico, contrabajo y coordinador de la Orquesta Barroca de Sevilla, celebra a Marcon como "un gran artista" que a las virtudes de "técnica, inspiración y conocimiento" suma el "oficio" de saber sacar partido a los músicos. Alcina posibilita a la OBS, añade Rico, "hacer el gran espectáculo barroco que es la ópera" más allá del presupuesto del que disponen en su temporada en el Espacio Turina.    

La joven soprano Jone Martínez, en el personaje que da nombre a la ópera, hereda un papel que como recordó Menéndez han afrontado otras intérpretes como Renée Fleming, Natalie Dessay o Magdalena Kozená y que supone, admite la cantante, "un arco de emociones enorme, un poco abrumador". La acompañan en escena las voces de Maite Beaumont (Ruggiero), Lucía Martín-Cartón (Morgana), Daniela Mack (Bradamante), Ruth González (Oberto), Juan Sancho (Oronte) y Riccardo Novaro (Melisso). Ruth González sostiene que los espectadores que oigan por primera vez los acordes de Alcina quedarán cautivados por "un tipo de belleza nueva, porque la música barroca es cristalina, inesperada. Incluso la gente acostumbrada a venir a la ópera se sentirá sorprendida".

El sevillano Juan Sancho, por su parte, cree que esta producción plantea toda una oportunidad: "Mis conciudadanos deberían ser conscientes de que aquí hay un reparto con cantantes que triunfan en los teatros de Europa y, en el caso de Daniela Mack, de EE UU. Miramos la programación de La Monnaie, el Teatro Real o La Scala con envidia y no nos damos cuenta de que esos artistas vienen al Maestranza, que están aquí". Una razón más para que Alcina embruje a todos en su paso por Sevilla.     

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