La prima linea. Director: Renato de Maria. País: Italia, Bélgica. Año: 2009. Duración: 100 min. Con: Riccardo Scamarcio, Giovanna Mezzogiorno, Michele Alhaique.

Mucho más cerca del capítulo terrorista de La mejor juventud de Giordana, es decir de la reconstrucción televisiva y amnésica, que de lo expuesto por Bellocchio en Buenos días, noche, a saber, la necesidad de regresar a ese pasado concreto que aún proyecta su densa sombra en el presente, La prima linea es una simple e intercambiable película del subgénero terrorista que no resiste a la más sencilla prueba del algodón: toda su predecible dramaturgia -y no sólo por la opción enunciativa elegida, la de la rememoración- se desmorona ante los escasísimos segundos de material de archivo de la época, que es la del crudo terrorismo de extrema izquierda en la Italia de finales de los 70, breves latigazos de inscripción verdadera que chirrían al frotarse con las tristes convenciones de siempre.

Filme sin excesiva razón de ser -cualquier manual les puede dar a conocer de mejor manera a este grupúsculo antisistema-, en él el terrorista no es desde luego el Otro, sino un señor sin ideología clara que al minuto de ser encarcelado se transforma en un sereno oráculo de su pasado. Extraña ver a los Dardenne, productores, metidos en este embrollo.