Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Cultura

Mejor (anti)héroe que villano

Mr. Nice. Director: Bernard Rose. País: Reino Unido-España. Año: 2010. Duración: 120 min. Con: Rhys Ifans, David Thewlis, Clöe Sevigny, Elsa Pataky, Crispin Glover.

Como en cualquier biopic, había muchos acercamientos posibles a la figura de Howard Marks, traficante de drogas galés famoso por sus sonadas detenciones y juicios en la década de los 70 y por su jubilación de lujo en nuestra turística Mallorca, desde donde seguía manejando su red criminal entre Oriente Medio y el mercado occidental hasta su detención y encarcelamiento a finales de los años 80.

El director todoterreno Bernard Rose (Candyman, Amor inmortal, Anna Karenina, Snuff Movie, The Kreutzer Sonata) parte de las propias y autoindulgentes memorias de Marks, publicadas en 1996, para levantar un artefacto irónico y desmitificador en el que la estética retro y sus evidentes artificios (transparencias, decorados, material de archivo remezclado digitalmente) se convierten en el principal atractivo para enmarcar el retrato del personaje, encarnado por Rhys Ifans (lo recordarán de Notting Hill o Radio encubierta), por el camino de la caricatura del ascenso y caída del working class hero (de Gales a las piscinas de lujo previo paso por Oxford) en la loca y convulsa Europa de finales de los sesenta y primeros setenta, época de drogas, sexo, rock'n'roll, amateurismo profesional e ideales revolucionarios rememorada aquí con un espíritu iconoclasta y frívolo que nos remite a la vertiente más pop del Free Cinema británico.

Más allá de la ligereza de su planteamiento, de la vistosidad de sus imágenes y de su estirado metraje, el principal problema de Mr. Nice reside en la indeterminación de su tono, que tiende siempre hacia la comedia (hay algún que otro gag memorable, especialmente en los encuentros entre Marks y el terrorista del IRA Auténtico que interpreta David Thewlis) aunque esté trufada (la cansina y repetitiva música de Philip Glass es una pista) de una cierta mirada melancólica y, si me apuran, hasta nostálgica.

La empatía de Rose con el personaje y su punto de vista resultan evidentes, como lo es también el excelente trabajo de Yfans, a quien, por fortuna, Rose no obliga a disfrazarse ni maquillarse demasiado de una década a otra, aunque para su triunfo sobre el escenario todos aquellos que lo rodean, ya sean las mujeres de su vida (Elsa Pataky y Clöe Sevigny), sus compinches o su rocambolesco contacto en el servicio de espionaje del MI6 aparezcan bastante desdibujados en su papel accesorio con caracterización vintage.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios