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Las claves

El 1 de octubre, y el 2, y el 3...

  • Inquietud. A la delicada situación que vivirán hoy en Cataluña hay que añadir el panorama incierto que asoma en el horizonte por el conflicto con los secesionistas a partir de mañana

El 1 de octubre, y el 2, y el 3...

El 1 de octubre, y el 2, y el 3...

Cuando le preguntaron a Miquel Iceta hace meses qué ocurriría el 1 de octubre, respondió que lo que más le preocupaba era qué sucedería el 2. El 1, añadió, no habría consulta; el problema era cómo se administraba el "después". Muchos dirigentes de distintos partidos compartieron esta reflexión, pero desde entonces se ha generalizado la inquietud sobre cómo transcurrirá el día de hoy. La jornada se prevé muy complicada, porque el Gobierno ha cumplido con su compromiso de que no se celebrará un referéndum, pero los independentistas, con el Govern a la cabeza, han demostrado que van a por todas. Ni siquiera les ha importado aprobar leyes saltándose el Estatut, la Constitución y el propio reglamento de su Parlamento, esto último reconocido públicamente por Santi Vila, conseller de Empresa. Apunten su nombre, se hablará mucho de él a corto plazo.

Pero no es la Ley de Referéndum lo más grave, aunque puede significar la inhabilitación de miembros del Govern y para la presidenta del Parlament; lo que preocupa es que el clima social es de tensión máxima y hoy se presenta con alerta roja, porque las manifestaciones, sentadas, llamadas a la desobediencia civil y a plantar cara a las fuerzas del orden público obligan a tomar medidas de las que pueden surgir conflictos de imprevisibles consecuencias.

Preocupa que el clima social es de máxima tensión y hoy se presenta con alerta rojaEl futuro se centrará en la capital comisión parlamentaria sobre la reforma territorial

Esa división social organizada, en la que se han impartido consignas inimaginables en un país democrático, puede tensar tanto la cuerda que en cualquier momento se puede producir el incidente que teme la clase política unida frente a la sedición. Y, por supuesto, temen los cuerpos de seguridad del Estado, teniendo los Mossos una actitud que nunca previeron quienes defendían la profesionalidad de la Policía catalana y la del mayor Trapero. No se han rebelado abiertamente contra las órdenes de los jueces, pero sí las aplican con una minuciosidad y exigencia que se parece mucho a la rebeldía. Hay huelgas de celo más graves que las huelgas convencionales marcadas por el cumplimiento obligatorio de los servicios mínimos.

mentiras de puigdemont

Cataluña vivirá el 1-O después de semanas convulsas en las que ha vivido situaciones inimaginables. Se ha instrumentalizado a los niños de colegio, los independentistas tratan a cualquier españolista como anticatalán digno de ser insultado, humillado e incluso agredido, y entre ese colectivo han surgido voces importantes, personajes de catalanidad probada, casi todos de izquierdas y hasta ahora dignos de admiración por sus convecinos, que son tratados como traidores por su disconformidad con las imposiciones que llevan a Cataluña al desastre. Entre ellos, Joan Manuel Serrat, que estos días es calificado de facha.

En Barcelona se producen situaciones de acosos a periodistas críticos en los que son rodeados por fanáticos de la CUP que los insultan y amenazan. Organizaciones independentistas han pedido a la población afecta a la causa que cada persona identifique a siete no independentistas, como ocurren en regímenes dictatoriales que fomentan la delación. Y Puigdemont se reúne con corresponsales extranjeros para ofrecer una versión mendaz de la situación, que compran algunos corresponsales y enviados especiales, que con sus artículos compensan la falta de apoyo internacional a un proceso ilegal.

A Puigdemont le importa mucho la imagen internacional. No ha conseguido apoyos institucionales ni ser recibido por dirigentes, pero quiere provocar adhesiones basadas en su lema "España no nos quiere", que sustituyó al "España nos roba". Para conseguir esas simpatías que hoy no tiene, son importantes las fotografías de niños queriendo entrar con sus padres en los colegios para poder votar, o las largas colas del día D, aunque sean ficticias, ante puertas que no se van a abrir. Si además se producen escaramuzas que obliguen a intervenir a las fuerzas del orden, todavía mejor.

Puigdemont hace tiempo que transmite dos mensajes muy concretos a quienes dudaban de sumarse a su plan: el primero, que cuanto mayor fuera la capacidad de movilización del independentismo y su demostración de fuerza, más posibilidades de que el Gobierno cediera en las negociaciones que se iniciarán después del 1-O; el segundo, que no se preocupara nadie excesivamente por las posibles condenas judiciales, incluida la inhabilitación, porque habría indulto del Ejecutivo. Mensajes basados en la nada. Mentiras.

el después

El lunes 2, mañana, será un día para recomponer emociones y analizar lo ocurrido el 1-0. Pero a partir del 3 tanto el Gobierno como los partidos que lo apoyan están decididos a tomar todas las medidas necesarias para apaciguar los ánimos, aunque en ningún caso se plantea negociar con la Generalitat cuestiones relacionadas con la independencia. Pero sí a hacer un repaso a la situación actual de las relaciones entre las dos partes y qué medidas pueden tomarse para serenar ánimos y sentar las bases para dejar atrás el conflicto más grave que se ha vivido en España durante los 40 años de democracia.

El marco de futuro se centrará en la comisión parlamentaria propuesta por el PSOE para debatir una reforma territorial, que el PP acepta siempre que se circunscriba a ese apartado, no a una reforma constitucional como la que promovía Sánchez, y que en principio ha quedado aparcada.

La consistencia de Sánchez preocupa al Ejecutivo, al sector crítico de su partido y a los personajes más importantes de su historia reciente. Uno de ellos me comentaba que "Sánchez quiere ser presidente del Gobierno a cualquier precio y está aprovechando este momento para aparecer como un hombre de Estado que apoya a Rajoy ante el desafío independentista. Pero puede cambiar de registro en cuanto le convenga defender otra posición."

Lo sabe el Gobierno y lo sabe el PP. Por eso confían más en los socialistas que se sentarán en esa comisión territorial y, al menos, dos les inspiran confianza: José Enrique Serrano, colaborador de Felipe González y de Zapatero, y el ex lehendakari Patxi López.

La comisión sobre la reforma territorial tiene una responsabilidad que va mucho más lejos de las múltiples comisiones creadas en el Congreso y el Senado para analizar cuestiones muy concretas y tratar de sacar conclusiones, sin que ninguna puedan colocarse excesivas medallas.

En esta ocasión, sin embargo, su trabajo es de máxima relevancia, porque debe aportar un propuesta sobre cómo diseñar una España en la que no se produzcan más conatos de independentismo, pero también que no haya agravios de comunidades que se sienten peor tratadas que otras con más capacidad de conseguir prebendas a cambio de votos al Gobierno de turno. Delicada situación, por tanto, la que se vivirá hoy... pero delicada también la que se vivirá las semanas posteriores al 1-0.

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