España

Rajoy admite que ha errado "muchas veces" y llama a sus críticos al respeto

  • El líder del PP pide que "no se hable mal de ningún compañero, aunque se equivoque" y defiende que su gestión sumará votos · Dice que sus "adversarios no están dentro, sino fuera" y apela a la "unidad"

El líder del PP, Mariano Rajoy, volvió ayer a defenderse de las críticas internas a las que se ha visto sometido en las últimas semanas en un acto en el que se hizo acompañar por la rama juvenil del PP, y en el que dejó una larga lista de recados destinados a sus adversarios, que hasta el momento no han sido capaces de conformar una candidatura alternativa de cara al cónclave de junio.

Durante un encuentro con miembros de Nuevas Generaciones, Rajoy, aseguró que los "adversarios" del PP no están dentro de su partido, sino fuera. "Hay mucha gente que me ha dado su respaldo y su apoyo. Yo no veo a ningún militante como adversario; los adversarios del PP no están en el PP, sino fuera". "Por tanto -continuó-, debemos hacer un esfuerzo y ser conscientes de que no se debe hablar mal de ningún compañero, aunque se pueda equivocar, porque todos nos podemos equivocar".

En un momento de su intervención, Rajoy admitió una ligera autocrítica al asegurar que "soy consciente de que me equivoco muchas veces, y soy consciente de que hay que aprender siempre", si bien se reafirmó su candidatura.

Además de apelar al respeto, en su discurso apeló también a la "unidad" del PP ya que, según explicó, "el gran éxito de la historia" de su formación consiste en que sus militantes han sido "capaces" de "convivir", por lo que el principal objetivo de los próximos cuatro años no será otro que el de "integrar a las distintas formas de pensar que hay" en el PP.

Ese objetivo marcado de "seguir sumando" lo reiteró Rajoy en varias ocasiones durante su alocución, de la misma forma en que repitió que su partido "no es monolítico". "Hay quien cree que lo que piensa, lo piensa todo el mundo, y no es así, por eso hay partidos políticos", afirmó el líder del PP para, acto seguido, reclamar la apertura de la formación "sin renunciar a ningún principio".

Porque, según indicó, los más de diez millones de votantes que consiguió en las pasadas elecciones "piensan lo mismo en lo fundamental, en los principios que el PP ha defendido siempre y sigue defendido ahora -libertad, igualdad, cohesión, unidad nacional-, pero eso no quita que todos y cada uno de los simpatizantes puedan discrepar en algunos aspectos".

Por tanto, para Rajoy, el medio para lograr más votantes y ganar las elecciones -"ésa es la vocación del PP y no otra", señaló-, tiene que ser la apertura, "estar cerca de la gente". "El objetivo es seguir sumando, no hay otro, una suma en la que cada vez más españoles confíen en el PP", puntualizó para, a continuación, llamar al respeto y al cambio, como hiciera en un acto en Almería el pasado viernes, para "lograr pasar de los 10 millones a los 12". La sociedad cambia, "la gente cambia de criterios", y el PP no puede permanecer al margen, sino que debe adaptarse, lo cual lleva a ser "flexible", pero nunca a moldear los principios políticos, insistió.

En otra llamada a la unidad, Rajoy afirmó que la convergencia de varias corrientes en el PP no debe romper la unidad, sino al contrario, ha de fortalecerla, ya que la "unidad", para Rajoy, es "capital" si el fin no es otro que el de ganar las próximas elecciones.

Rajoy repasó los contenidos de las tres ponencias a debatir en el Congreso; la ponencia política fue la que provocó la salida de María San Gil. Rajoy aseguró que la prioridad en el cónclave de junio será hacer una organización "más dinámica y sólida", con la mirada puesta en una "realidad cambiante". Apostó también por un "proceso de aprendizaje continuo" y por reivindicar valores como el "mérito" o el "orgullo del trabajo bien hecho".

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