En la madrugada de ayer un incendio de grandes proporciones arrasó el ultramarinos de Nicolás García Lynch, en la calle Columela, entre las del Sacramento y Murga. El fuego debió comenzar sobre las tres de la madrugada. El maestro de embutidos del establecimiento, Manuel Heredia, que dormía en el interior del establecimiento con otros dependientes logró salir cuando ya estaba casi asfixiado. Se dieron las voces de alarma y las campanas comenzaron a repicar. Fueron enviadas las bombas del Ayuntamiento y las del vapor de guerra Vulcano. Después de varias horas de trabajo el fuego quedó extinguido. Gracias a la buena construcción de las casas de Cádiz las llamas no se propagaron a las casas cercanas, donde había, incluso, una fábrica de aguardiente.
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