Juan Aponte iba camino de convertirse en un directivo de éxito. Con 29 años ya era el director de Investigación y Desarrollo (I+D) de una multinacional. Pero este ingeniero industrial de Lepe siempre tuvo en mente que quería montar su propio negocio. Y justo cuando iba a dar el salto a un trabajo mejor en otra compañía, paró en seco y decidió darse una oportunidad para emprender. Dejó su casa de empresa en Sevilla y su sueldo muy por encima de la media para irse a compartir piso primero y, luego, recluirse en una vivienda de sus abuelos en la provincia de Huelva. Unos amigos de sus padres le dejaron un local donde poder realizar pruebas y ensayos y allí terminó de parir una tecnología revolucionaria y única a nivel mundial basada en el control de campos magnéticos y electrostáticos, con la idea de aplicarla al sector de la seguridad doméstica e industrial. A finales de 2012 nació su empresa, Ontech, que asentó en Sevilla. Y a principios de 2018, cinco años y pico después, lanzará su primer producto.

"La mayor dificultad a la hora de arrancar es que no tenía networking; si no te conocen y no tienen referencias tuyas, nadie se atreve a poner su dinero en tu proyecto", recuerda. Por ello, la catapulta que le abrió las puertas de la inversión fue su participación en dos concursos a nivel nacional en los que quedó en seguna posición. Gracias a uno, pudo presentar su innovación en el IESE, donde encontró al que hoy es el presidente de su empresa, Isidoro Sánchez, profesor de la escuela de negocios que "vio el potencial de la idea en dos minutos". Hoy, son los máximos accionistas de Ontech, ambos con un porcentaje superior al 15% del capital. A ellos se han sumado, en varias ampliaciones de capital, más de cinco nuevos socios, en su mayoría empresarios.

La empresa prevé incrementar su plantilla de 40 personas entre un 10% y un 15% anual

La inversión inicial llevada a cabo por Aponte en los primeros pasos de su start-up alcanzó los 50.000 euros, que salieron prácticamente del bolsillo de sus padres, pero hasta el día de hoy Ontech ha aglutinado financiación privada y pública por nueve millones de euros, dos de la mano de la Junta de Andalucía a través del Soprea.

La compañía está valorada en torno a 30 millones y, entre sus logros, está haber concebido una gama de productos de seguridad (alarmas) basados en su tecnología patentada de campos magnéticos controlados, que aporta tres ventajas con respecto a los sistemas tradicionales: son alarmas preventivas que detectan al intruso antes de que entre en casa; son discriminativas, puesto que distinguen entre personas, animales y objetos, y reducen casi al 100% las falsas alarmas; y funcionan las 24 horas del día, lo que permite tenerlas activas cuando los inquilinos están dentro de casa, algo que hoy no ocurre.

Ontech trabaja en cuatro líneas de negocio: seguridad doméstica, perimetral -en este ámbito ha logrado financiación de la Comisión Europea gracias al asesoramiento de la Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA)-, industrial y de automoción.

La que verá sus desarrollos en la calle más pronto es la del ámbito doméstico. Aponte calcula que el lanzamiento de su alarma estrella, bautizada como Wardiam Home, se hará a principios de 2018, una vez que hayan cerrado un acuerdo con alguna de las multinacionales con las que negocia. "Estamos ultimando detalles con grandes líderes del sector tecnológico para que se conviertan en nuestros canales de comercialización", explica. "Tenemos equipos instalados en compañías de Norteamérica, Latinoamérica y Europa para que comprueben el potencial de nuestra tecnología y se conviertan en nuestros partners", añade. Estas empresas globales se encargarán de vender los productos de Ontech. El precio de lanzamiento de Wardiam Home oscilará entre los 249 y los 300 euros.

En cuanto a la fabricación, Ontech asumirá sólo la fase de ramp-up y de lanzamiento de sus productos en sus instalaciones de Sevilla -2.000 metros cuadrados en un edificio de tres plantas que ha alquilado a Elimco en Aerópolis-. Su capacidad de producción ronda los 25.000 dispositivos anuales, pero la fabricación masiva la dejará en manos de compañías externas.

En Ontech trabajan 40 personas, cinco de ellas en la parte de fabricación, mientras que el grueso se dedica al desarrollo de producto. Sus planes pasan por incrementarla entre un 10% y un 15% anual.