san fernando cd - granada b

Cuando no puede ser... (2-2)

  • Enorme partido del San Fernando, al que tras remontar se le escapa otra vez la victoria en las postrimerías del choque

  • Óscar Martín y Carri meten dos golazos que no sirven para ganar

Nano Cavilla volvió a cuajar un gran partido y estuvo a la altura del resto del San Fernando ante el Granada B.

Nano Cavilla volvió a cuajar un gran partido y estuvo a la altura del resto del San Fernando ante el Granada B. / román ríos

Toni Doblas H

Pedro Mariño HH

S. Noche, 87' s.c.

Zamora HH

Gabi Ramos H

Nano Cavilla HH

Theo HH

Galindo, 63' H

Bruno Herrero HH

Carri HH

Pedro Ríos HH

Javi Casares HH

Edu Maceira H

Ó. Martín, 46'HH

Aarón HHH

Fran Serrano H

Juancho, 78' HH

Paco Torres HH

C. Neva, 85' s.c.

José Gónzalez HH

Pablo Vázquez HHH

Andrés García H

Jean Carlos H

Eliseo, 78' s.c.

Víctor Morillo H

Casi H

David Grande HH

Adri Castellano H

Cuando no puede ser, no puede ser y, además, es imposible. No es lógico, ni de recibo, lo que le está pasando al San Fernando en este inicio de Liga. No es comprensible, y hay que frotarse los ojos para poder ver que el colmo de la mala suerte está pasando, y ya lleva mucho tiempo, por La Isla, y más concretamente por su equipo de fútbol. La suerte tiene que cambiar, eso está claro, pero habrá que analizar el daño que deja en su paso.

Y es que hay que pasar un mal rato para tener una lectura de un partido donde se fue infinitamente superior, donde se crearon las ocasiones de gol, donde se mereció una holgada victoria y terminar escribiendo la salvación de un punto, y gracias.

No es comprensible que se creen hasta once claras ocasiones y no se consigan materializar, que un rival se limite únicamente a destruir al otro, a defender y olvidarse de crear, y no ganar. Todo es una sinrazón.

El problema es que no es el primer partido, y tendremos que pensar que ni el último, en que ocurre esto y le está costando a los de Pérez Herrera el estar últimos en la clasificación, cuando lo justo es que estuviese, como mínimo en la mitad de la tabla.

Ayer, el San Fernando fue infinitamente superior a un equipo que venía con la vitola de cuatro victorias consecutivas, encaramado en la segunda posición de la tabla y, sobre el papel, temible. Pues los isleños fueron los temibles, los que merecían, a todas luces, cambiarse en la clasificación y los que dominaron, de principio a fin el partido, creando, proponiendo y estructurando una victoria que no llegó, porque cuando todo está de espaldas, todo se hace tremendamente complicado.

Ya pudo, en el minuto 3, Pedro Ríos, romper la balanza al lado de los locales con un remate de cabeza que sacó Aarón Escandell que se fue haciendo grande con el partido hasta puntos insospechados.

Edu Maceira, a la salida de un córner en el 16 remató alto por muy poco y tres minutos después, a la salida de otro córner, Carri disparó desde la frontal del área con el corazón en lo alto del balón. Cien piernas, poca, o ninguna, visibilidad, y el cancerbero nazarí consiguió desviar el esférico a un nuevo córner.

Insistían los de José Pérez Herrera que, casi con comodidad, se adueñaban del partido y en el 32, en un nuevo saque de esquina, vieron los azulinos como se le anulaba un tanto, cuanto menos dudoso, a Javi Casares. La primera mitad terminó con un disparo de falta del debutante Zamora, que rozaba el poste.

Y de los granadinos, ¿qué se sabía?. Pues que habían convertido a Toni Doblas en un espectador más del choque; que, de manera impropia en un filial, era más contundente y aplicado en defensa, que en ataque. Y poco más.

En la segunda, no cambió la decoración. Tener la pelota, dominar y crear ocasiones, esa era la premisa. Pedro Ríos la tuvo en el 50' y Óscar Martín en el 60'. Pero sin que nadie se diese cuenta, en la primera aproximación visitantes, un mano a mano de David Grande con Toni Doblas terminó con el cero a uno y la sorpresa en los aficionados.

No había más que poner toda la carne en el asador, que apretar los dientes y que dar el resto. Y lo hicieron los isleños, a fe que lo hicieron. Óscar Martín enganchó un tiro desde el borde del área que puso la igualada y tocó zafarrancho de combate. Pienso que todavía está Bruno Herrero analizando como Aarón Escandell le sacó, en el 72', su remate a bocajarro de cabeza. El cancerbero se comió, literalmente, el poste para sacar una pelota que estaba dentro.

Llegó la genialidad de Carri, en su libre directo magistral que puso al equipo de La Isla por delante y, cuando se saboreaba las mieles de la remontada, del triunfo, de la victoria, de los primeros tres puntos en las alforjas isleñas, llegó el jarro de agua fría, la injusticia, lo inesperado, la crueldad del fútbol en un balón suelto que Juancho acertó en colar en la portería azulina.

Sólo queda seguir trabajando, con lo ofrecido es suficiente para saber que los resultados tienen que llegar y que las victorias se decantarán, algún día, al lado de los de La Isla.

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