Baloncesto l 'All Star' de la NBA

El 'cajonazo' del concurso

  • La injusta puntuación del jurado de mates deja a Rudy Fernández en la última posición de un certamen en el que Nate 'Criptonita' Robinson destrona a Howard

Dwight Howard (Orlando) no pudo imponer su capa de Superman en el concurso de mates de la NBA porque el pequeño Nate Robinson (Nueva York) relanzó sus apenas 175 centímetros de altura para machacar por encima de su enorme rival, aprovechando la criptonita de su equipación verde de los Knicks, creada para la ocasión.

La final enfrentó a un gigante con uno de los tapones de la NBA, pero el duelo podría haber sido diferente si los jueces hubieran valorado más objetivamente los dos mates de Rudy, que sumó 42 puntos en cada uno de sus dos intentos y quedó como último clasificado con un punto menos que J.R.Smith (Denver). La doble actuación de Fernández resultó memorable, basada a partes iguales en la emoción y la espectacularidad. Quiso homenajear a Fernando Martín y salió con la camiseta de Portland que el malogrado pívot lució en la franquicia de Oregón. Rudy lanzó el balón por detrás de la espalda contra el tablero y machacó a una mano: 42 puntos, pero lo mejor estaba por llegar. En su segundo, Pau Gasol colaboró en uno de los mates más hermosos de la noche. El de los Lakers lanzó el balón contra el tablero por detrás y Rudy lo cogió, voló y la metió para abajo desde un lado: otra vez 42 puntos entre el abucheo del público de Phoenix, que pidió más puntuación.

Con una actuación correcta de Smith, la gran final enfrentó a Robinson y Howard. Superman montó su particular show y se metió en una cabina para ponerse la capa. En un alarde de imaginación, se atrevió a hacer un mate en una canasta que estaba mucho más arriba de lo reglamentario, pero ni eso le valió. Robinson, que en su primera victoria en el concurso de mates (2006) superó a otro bajito como Spud Webb, se atrevió a retar a Howard, que mide 211 centímetros. La criptonita salió disparada ante la atónita mirada del US Airways Center, testigo de un salto increíble por encima del pívot de los Magic. Por una vez, el superhéroe no ganó porque el malo de la película fue demasiado bueno.

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