"Quedan tres partidos y dependemos de nosotros". Siempre positivo, nunca negativo. Así se mostraba Raúl Procopio después de que el Cádiz cayera ante el Nástic y oliera más que nunca a equipo de Segunda B. Pero al mal tiempo, por horroroso que sea, buena cara. Es el único camino que queda para sacar la papeleta adelante. "Ahora hay que dar el do de pecho, no podemos bajar los brazos porque hay muchos equipos ahí metidos", explicaba Raúl, que aseguraba que la plantilla -confeccionada en principio para luchar por el ascenso- está capacitada para afrontar una situación tan delicada como esta: "Tengo que creer que sí son capaces de solucionar. Los profesionales tienen que estar capacitados para luchar por esto o por lo que tengan entre manos, si no, no serían profesionales. Tienen que saber levantar cada vez que se caigan. Esto ha sido siempre así en la historia del fútbol".

En referencia al partido de los amarillos, el técnico gaditano expuso que "en actitud, trabajo y entrega no les puedo reprochar nada a los jugadores, pero sí es verdad que nos han atenazado los nervios. Y el gol nos ha hundido, un gol que encima llega a balón parado, algo en lo que más hincapié hemos hecho a lo largo de la semana". "El Nástic -proseguía- no ha sido superior a nosotros, sólo ha llevado peligro a balón parado, pero estamos sufriendo demasiado con los escasos argumentos ofensivos que ofrecen los rivales". El entrenador reconocía que los últimos números del equipo -un punto de los últimos 15 en juego- son números que pueden costarle el cargo, pero no piensa en ello y aceptaría cualquier decisión de la directiva. "Si tiene que llegar ese momento llegará, yo me adaptaré a lo que sea. Tengo clarísimo que si para que el Cádiz se salve me tengo que ir yo, pues me voy sin problemas", afirmaba Procopio, que reconocía que el próximo compromiso en Málaga es "complicado, pero vamos allí con la intención de traernos algo positivo".