No cabía dentro de sí Ñoño Méndez. El entrenador del equipo azulino se abrazaba a los jugadores, repartía felicidad, era júbilo completo. Su sueño se había hecho realidad y su equipo terminaba con la cabeza en Segunda B. Ni en la mejor de las películas se podría haber diseñado un final tan feliz. "Es de todos, es para todos", repetía constantemente.

Pero un pedazo grande de este ascenso es suyo porque ha trabajado lo indecible para este logro. "Estoy feliz, es lógico, porque no ha sido fácil, porque se le han dedicado muchas horas y porque hay mucho esfuerzo detrás de este logro".

Es el momento de acordarse de todos, pero principalmente de "mi familia, por supuesto, y de mis padres, que me estarán viendo desde donde estén porque siempre se acuerda uno de sus seres queridos y ellos están en mi corazón", afirmaba.

Seguía recibiendo reconocimientos, abrazos, gritos de los aficionados que le pedían que siguiese, seguía emocionado, casi sin palabras para señalar "estos jugadores no tienen nombre. Es impresionante el play-off que han realizado y el comportamiento que han tenido a nivel personal. Este grupo se merece todo y el ascenso es la recompensa a mucho esfuerzo y a saber levantarse cuando nos hemos caído, cuando hemos estado a punto de besar la lona. Ahora solamente les queda disfrutar del momento porque esto es un gran momento", apostillaba.

Del partido, lo analizaba con rapidez, casi de pasada, pero es cierto que "ha habido momentos, como era lógico, que nos han apretado, porque a ellos también les iba la vida en el empeño, pero creo que era un partido para saber sufrir. Los primeros minutos fueron dubitativos, pero el equipo , y eso lo noté desde el banquillo, estaba firme, concentrado, haciendo las cosas tan solo como las teníamos que hacer".

Tras el gol "si es cierto que pudimos darnos cuenta que teníamos que marcar sí o sí para no sufrir más de lo previsto. El gol de Francis llegó como caído del cielo. Con ello ya tenía claro que no se nos podía escapar el ascenso, y así fue", comentaba.

Se acuerda de muchos y se abraza al presidente, al que le da la gracias. "Es su ascenso. Él ha luchado como el que más para tener el equipo en Segunda B y es normal lo que esta viviendo".

Pero también se acuerda de Canito. "El confió en mí. Me dio la oportunidad y no tendré palabras de agradecimiento por la oportunidad que me ha dado de vivir lo que estoy viviendo".

Era el momento de los agradecimientos. "Mi cuerpo técnico, al completo, que ha estado ahí siempre y de forma especial a Nono, que es el alma del vestuario".

También se acordaba de "Pepe Masegosa. Sin su trabajo al frente del equipo ha sido un bastión muy importante y él tiene una cuota muy alta de responsabilidad en este ascenso", señalaba.

Eran momento de euforia y casi no podía terminar de hablar entre felicitaciones y agradecimientos de todos los presentes. Era feliz y eso no se lo quitaba nadie. Ñoño Méndez logró ascender ayer al San Fernando a Segunda División B.