El ex entrenador del Olympique de Marsella (OM) Didier Deschamps fue nombrado ayer nuevo seleccionador de la selección francesa de fútbol, en sustitución de Laurent Blanc, que abandonó el banquillo el pasado 30 de junio.

La Federación francesa (FFF) indicó en un comunicado que su presidente, Noel Le Graet, y Deschamps han dado por finalizadas sus discusiones sobre el puesto y han llegado a un acuerdo sobre el que darán más detalles este lunes en una conferencia de prensa conjunta.

El diario deportivo L'Equipe adelantó ayer que ambos han acordado firmar un contrato de dos años renovables de manera automática en caso de que clasifique al país para el Mundial de 2014.

Deschamps, de 43 años y que ha logrado seis títulos en tres años como técnico del OM, se verá acompañado en esa labor, según el diario, por su adjunto en ese equipo, Guy Stephan, pero Antonio Pintus y Nicolas Dehon, que ejercían como preparador físico y entrenador de porteros en el Marsella, no le seguirán en esta nueva etapa.

Como posible nuevo entrenador de la selección se había conjeturado en la última semana también con el nombre de Zinedine Zidane, ex jugador del Real Madrid y actual director deportivo del primer equipo, que reconoció recientemente que no le importaría ocupar ese cargo.

Francia está encuadrada en el mismo grupo clasificatorio que la selección española con vistas a estar presente en la fase final de la Copa del Mundo de Brasil 2014. También figuran en ese grupo las selecciones de Bielorrusia, Georgia y Finlandia.

La selección francesa, después de las peleas internas que precipitaron su fracaso en el Mundial 2010, también padeció una convivencia un tanto agitada en la Eurocopa de Polonia y Ucrania, hasta el punto de que la Federación francesa de fútbol (FFF) ha abierto un expediente disciplinario contra los jugadores Samir Nasri, Hatem Ben Arfa, Jeremy Menez y Yann Mvila por mal comportamiento durante la gran cita continental, según desveló el pasado martes el presidente del organismo, Noel Le Graet.

Sin duda, Didier Deschamps tendrá que devolver la calma y la buena sintonía en el vestuario para que Les Bleus recuperen el nivel competitivo que se les supone.